Utopia Medieval
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Theurus Ningel

Theurus Ningel


Cantidad de envíos : 643
Fecha de inscripción : 20/03/2009

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MensajeTema: Theulan   Theulan EmptyMar Jul 21, 2009 7:07 pm

Bueno aqui esta otra historia, pero de genero distinto a la anterior:

Theulan

Parte I

—Allá van otra vez—dijo para sí— viajeros que se pierden en el desierto…la verdad, no se porque le ha dado a la gente el pasar por aquí…mmh… ¿debería ayudarles a llegar al pueblo mas próximo?...dejare que el destino lo decida, si me ven aquí sentado en esta duna sin hacer alguna clase de señal les ayudo sino no.

Al terminar esta frase se sentó en la arena y miró como se venían acercando unos pequeños bultos a lo lejos. Cuando se acercaron más se dio cuenta de que el grupo que pasaba era chico, no como las caravanas que tienden a ser grandes, aunque podría tratarse de una fila. Aun así no le importaba, ya que si no lo veían, no sería su problema.

El tiempo pasó y esos “bultos” empezaron a tomar forma, ahora eran siluetas y al parecer se trataba solo de cuatro personas, dos hombres y dos mujeres; además no llevaban camello, caballo burro u otra bestia de carga.

—Seguramente, si no me encuentran, mueren en tres días—pensó él, viendo como avanzaban lentamente con los elementos de ese árido lugar en su contra.

Algo llamó su atención. Ellos caminaban directo hacía él aunque el sol fuera cegador y que a su distancia y con la vestimenta color arena que llevaba, era casi imposible que lo vieran… ¿o no?

De repente, vino una ráfaga de viento que levantando la arena formó una nube espesa que tardo varios minutos en disiparse. Él pensó que con eso perderían el camino, o que lo perderían de vista…pero se equivocaba. De hecho estaban mas cerca, como si no se hubieran detenido cuando se levantó la nube.

Ahora podía distinguir un poco mejor los detalles de esos sujetos: uno de ellos, el mas alto, tenía una armadura metálica que reflejaba el brillo del sol, y le hizo pensar en lo tonto que era llevar esa clase de vestimenta en ese lugar y que de seguro se estaba cocinando vivo. El otro llevaba una ropa extraña de un color oscuro bastante peculiar, de color azul con negro pero no mezclados sino en parches por toda la misma y alhajas que tenían símbolos extraños, un gorro extraño y unas bolsas que parecían estar llenas. Una de las mujeres tenía el cabello castaño, rizado y abultado, mismo que le hacía recordar el nido de un ave, y aunque llevaba pocas prendas, se le podían distinguir plumas en ella y en la capa que también usaba. La ultima no llamaba mucho la atención, ropa normal cubierta parcialmente por una caperuza blanca que le cubría la cara, la cual estaba inclinada, como mirando al suelo… Resumiendo, difícilmente se había encontrado con un grupo con personas tan extrañas en toda su vida, y eso que había ya vivido muchas cosas y recorrido muy diversos lugares. Pero eso había pasado ya hace mucho tiempo, y lo único que quería era retirarse lo más posible y tener una existencia tranquila, eso si era vida en su opinión, vivir de la naturaleza sin ser molestado por nadie y morir sin dejar un rastro.

En esa vida idílica pensaba cuándo empezaron a escucharse las voces de los viajeros. —No se si debemos pedirle indicaciones, ¿y si es un ladrón? —. A lo que una voz femenina respondía — ¿Tienes alguna otra idea? fuiste tu el que leyó el mapa al revés y el colmo, ¡sugeriste un atajo! …esto no hubiera pasado si viajáramos en Rapty—. Y continúo esta vez con más furia en su voz— Pero esta muy enfermo porque ALGUIEN le dio las sobras de hace tres días… ¡tres días! —. A lo que él respondió— Pero como iba a saber que le haría mal…Esta bien, pero yo hablare con el, no quiero que nadie se acerque, podría ser peligroso—.

El grupo se detuvo y solo se acercó el tipo de la armadura, que con algo de desconfianza, le preguntó: “¿disculpe, podría

Parte II

El se levantó, su mirada era profunda, sus ojos marrón oscura parecían ver todo o nada a la vez, la ropa que llevaba parecía algo gastada, su piel morena y su pelo largo y blanco, y aunque algo despeinado, se movía con el viento.

Ahora podía mirar mejor al sujeto de la armadura, era alto y fornido, aunque esto ultimo podría ser parte de la forma de lo que llevaba encima…su pelo era rojo y coto y en su cara se notaba una mirada desconfianza.
-¿Disculpe podría ayudarnos? —dijo nuevamente ese sujeto, pero esta vez con mas insistencia.
-¿Disculpe podría ayudarnos? — arremedo él en un tono similar a la pregunta que le habían hecho.
-¿Por qué me imitas? — respondió enojado el pelirrojo.
-¿Por qué me imitas? — siguió arremedándolo. La razón por la cual seguía con esto es porque no le gustó que le hicieran la misma pregunta dos veces, además quería sacarlo de sus casillas y ver como reaccionaría.
-¡Deja de imitarme! — en cuanto dijo esto, el de la armadura empezó a desenvainar su espada, pero antes de que pudiera hacerlo el moreno le lanzo una navaja a su hombro, justo ente las placas de el traje, evitando así que sacara su arma.

Al sentir como la navaja le entró en el cuerpo gritó con tal fuerza que sus compañeros se acercaron a apoyarle. Todos ellos con intención de derrotar a su atacante, el cual no movió un músculo. De entre ellos la chica con la capucha pronunció unas palabras indescriptibles le quitó la navaja del hombro al herido, y la herida de este último empezó a brillar con una luz blanca y queda curada…mientras tanto, los otros se aproximaban al peliblanco, este tiro sus armas al suelo y dijo: — me rindo—. Los demás viendo esto se detuvieron en seco, pero mantuvieron su postura de ataque.
— Miren, les ayudare a cruzar el desierto o por lo menos los llevare al pueblo más próximo sin cobrarles—prosiguió el misterioso sujeto con toda calma, mientras una extraña sonrisa se dibujaba en su rostro.
-¿Como podemos creerte si atacaste a Regen? — pregunto la chica con traje de plumas.
-Lo hice en defensa propia, el saco su espada y pensé que me atacaría— respondió el sujeto.
-¡Lo ibas a atacar! — grito colérica hacia Regen y continuo: — ¡A la única persona que podría ayudarnos a salir de este maldito lugar! —.
-Pero es que me empezó a…—empezó a explicarse, pero fue interrumpido otra vez por la chica.
-¡No hay excusas, discúlpate! — esta vez con mas furia.
-Pero…— dijo Regen otra vez tratando de explicarse nuevamente, pero otra vez fue interrumpido.
— ¡Pero nada, disculparte ya! — exclamo la chica con mas insistencia que antes.
-Perdón…—se disculpo con el sujeto Regen, pero en voz baja, como no queriendo hacerlo.
-No te escucho— se mofó el, con una sonrisa mas grande en su rostro.
¡Lo lamentó! — grito con mucha fuerza al encontrarse ya exasperado.
-Acepto tus disculpas, mi nombre es Moregan y como ya dije, les ayudare a llegar al pueblo más próximo y sin costo por haberme perdonado la vida en este malentendido— esas eran sus palabras, pero en realidad en su mente solo había una cosa, el deseo robarles algo que pudiera ser de valor, y dejarlos ya sea en el pueblo o en medio del desierto, dependiendo de si lo descubrían o no en los tres días a los que estaba el mas cercano.

Todo quedo en absoluto silencio, ellos no sabían como reaccionar ante tal supuesta muestra de buena fe.
Mi nombre es Roselin, y en nombre de mis compañeros te lo agradeceríamos mucho— dijo amablemente la chica de las plumas dirigiendose respetuosamente a Moregan.
-Ya que nos estamos presentando, mi nombre es Yadir— dijo el tipo de las alhajas, en un tono bastante cortés pero que denotaba algo de desconfianza hacia el nuevo “guía”.
-Y yo…Mary… — se escuchó una voz baja, como queriendo decir nada, que provenía de la chica que estaba junto a Regen, la cual estaba mirando al piso y no se le veía la cara.
-Bien, si todos están de acuerdo, los guiare al pueblo de Midzer que se encuentra a tres días de camino hacía esa dirección— dijo Moregan apuntando hacía el horizonte, al ver que todos asentían con sus cabezas, recogío sus armas del suelo y empezó a caminar.

Los demás lo siguieron, pero Regen se adelantó y sin dejar de avanzar se acerco a el y le murmuro: — Sigo sin confiar en ti…Te estare vigilando…—.
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Theurus Ningel

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MensajeTema: Re: Theulan   Theulan EmptyJue Jul 23, 2009 5:44 pm

Parte III

Vaya, cuanto calor hace —dijo Regen dentro de su armadura, y no es para menos, los viajeros han estado caminando ya varias horas bajo el sol ardiente y el mar de arena que parece no tener fin.
— Deberías quitarte esa cosa que traes encima, es demasiado peso y si no lo haces morirás de cansancio — le dijo Moregan con algo de fastidio por las constantes quejas que ha tenido que oír.
— Jamás, yo puedo hacer cualquier cosa que me proponga y he soportado cosas más difíciles que esto, si yo quiero llevar puesta mi armadura lo haré— le contesto Redel con un enojo injustificado.
— ¿Que tal si descansamos?, según mi reloj faltan pocas horas para el anochecer, y requeriremos un refugio para dormir— propuso Yadir tratando de evitar una pelea (sabiendo que si no lo hacía las cosas empeorarían).
— Si bueno, yo también estoy cansada, lo mejor será descansar, ¿conoces algún lugar aquí cerca Morgan?—añadió Roselin, con voz de cansancio.
— Pues el refugio mas próximo esta a día y medio, así que si desean descansar tendrán que improvisar algo aquí, aunque si no nos apresuramos tardáremos un día mas de lo que tenia planeado… ¿tienen los víveres suficientes para tanto tiempo?— preguntó sarcásticamente Moregan, viendo que llevan realmente pocas cosas y para tratar de hacerlos ir mas deprisa.
— Tenemos lo necesario para vivir aquí 75 años aproximadamente, aun si en ese tiempo no lloviera…— respondió arrogantemente Yadir.
— JaJaJa…—se rió a carcajadas Moregan y prosiguió—Buena broma, ya en serio lo mejor es continuar…—aun no se le desaparecía la sonrisa del rostro.
— De hecho a nuestro alrededor hay suficiente energía, agua y alimento si sabes como obtenerlo…—dijo Yadir seguro de si mismo. Moregan miró a su alrededor.
— ¿Esta hablando enserio?, estamos en medio del DESIERTO, no hay refugios u oasis en varios Km. a la redonda y no hay agua subterránea, créeme he estado viviendo aquí durante mucho tiempo—dijo Morega sabiendo de lo que hablaba.

Yadir sonrió ante la incredulidad de su guía, abrió una de sus bolsos y sacó unas semillas y unos polvos, los esparció por varios metros a la redonda ante la mirada confusa de él.

Todos los demás miembros del grupo se alejaron unos pasos sabiendo lo que habría de ocurrir, pero Moregan que no tenia ni idea de la situación se acerco aun mas para ver lo que ocurría. Cuando estuvo demasiado cerca Yadir lo detuvo con su brazo y le hizo una señal de que se alejara y cerro los ojos y se puso de rodillas durante unos minutos y después de trazar unos símbolos extraños en la arena se puso de pie, levantó los brazos y de repente todo el cielo se quedo en tinieblas, pero no había ni una sola nube en el cielo.

Moregan se empezó a asustar, pero este solo era el inicio. Sintió un viento helado como si todo el calor (o casi todo) se esfumara de repente, después el suelo empezó a temblar y de el salieron plantas por todas partes pero especialmente enfrente de el, estas brillaban de un color blanco verdoso. Nunca en su vida había visto cosa igual…y aun no acababa. Notó algo extraño, en sus pies la arena se estaba humedeciendo, pero no era como si esta se estuviera brotando de debajo, y no estaba lloviendo, era mas como…si la arena se convirtiera en agua. Empezó a sentir un sudor frió que recorría su cuerpo y volteo a ver al resto, no parecían si quiera sorprendidos por lo que pasaba.

— ¿Como es esto posible?—dijo en voz baja para si. La luz regreso y le deslumbro los ojos. Cuando se recupero no podía creer lo que estaba viendo… ¡Era un oasis!, era uno gigantesco, como del tamaño de un gran lago. Repleto de árboles de diferentes frutos que estaban como para comerse con solo arrancarlos. Era tan hermoso, un verdadero paraíso terrenal. Su mente no alcanzaba a comprenderlo…había visto magia antes, demasiadas veces…pero esto ni se le acercaba…simplemente era diferente.
—Te lo dije…— dijo Yadir, dirigiéndose al estupefacto guía mientras una gran sonrisa se dibujaba en su rostro y cubría sus ojos con el sombrero.

Parte IV

Capitulo IV

Moregan no podía dejar de pensar en lo que paso…ahora estaba en un oasis hermoso con frutos comestibles, suficiente agua, sombra y madera para hacer fuego.

—Pero como lo hizo…—pensaba. —Debe ser magia. No hay otra alternativa… ¿Pero que clase de hechizo, conjuro o lo que sea hizo?, yo conozco de magia (aunque no la use a menudo) y esto es demasiado complejo, se requeriría un nivel muy avanzado en conocimientos arcanos, y demasiado poder…eso es, un talisman que aumente su poder, tiene que ser eso— dijo en voz baja para sí.

La explicación no le era del todo convincente pero al menos lo tranquilizaba. Mientras seguía en sus razonamientos el resto seguía descansando. Regen se había quitado su armadura y se metió al agua. Yadir se recostó bajo la sombra de un árbol y se puso a descansar. Roselin se puso a recoger frutos de los árboles y Mary rellenaba sus reservas de agua. Esta ultima notó que su guía estaba sentado en la arena sin mover un músculo y decidió que tenía que hablar con el o por lo menos ofrecerle agua. Se acerco muy lentamente.

¿Qui…quieres agua? —le pregunto la chica con una voz casi inaudible. El no la escuchó pero al ver que le acercaba la cantimplora, supuso que le estaba ofreciendo de beber.

Por supuesto— dijo el joven tomando el recipiente y bebió un poco, se limpio los labios con el brazo y se lo regreso. El había notado que ella no hablaba mucho, tal vez le faltaba confianza o era tímida, en todo caso no era como la mayoría de las chicas que había conocido…Repentinamente se le vino a la mente una idea, tal vez con las palabras correctas, podría sacarle algo de información sobre Yadir, ya que no se atrevía a hablar con el personalmente.

Wow esta agua sí que es fresca—dijo con un tonó de satisfacción y continuo— Vaya que ese Yadir se ha lucido, pero no te veo sorprendida. ¿Acaso ha hecho cosas más impresionantes?

Él ha realizado un sinfín de actos increíbles antes, hizo explotar todo un castillo, venció a más de 200 soldados sin tocarlos, creo una muralla de piedra perfecta de varios metros de alto y varios kilómetros de largo en unos minutos, entre otras cosas…— dijo la chica tratando de recordar mas cosas.

El asombro de Moregan aumentaba cada vez mas, necesitaba saber la fuente de ese poder.

— Ella práctica magia blanca, lo note por lo del idiota de la armadura, tal vez podría darme la información que busco— pensó mientras se preparaba para hacerle la siguiente pregunta.

— Eso si que es fuerza, debe ser muy buen mago, ¿sabes que clase de magia utiliza?— preguntó esperando una respuesta. La chica estaba a punto de hablar, cuando de la nada salió Yadir.

¿MAGO? No soy ni un mago, ni hechicero, ni druida, ni nada por el estilo. Yo SOY UN ALQUIMISTA—su voz se notaba exaltada, era como si se le hubiese insultado o menospreciado. A Moregan le apareció interesante esta respuesta, se puso de pie y decidió seguir insistiendo hasta obtener más respuestas.

¿Alquimista?, como esos tipos que se encierran en sus casa haciendo toda clase de COSA INUTILES, para mi que eres un mago— su voz era burlón como tratando de desesperarlo. Y lo logro, de no ser porque Mary lo detuvo, le hubiera dado un golpe en la cara.

La alquimia es un arte, una ciencia. Requiere de esfuerzo, dedicación, fuerza de voluntad y tiene sus reglas que se mantienen, las cuales son muy diferentes a la magia…— Se detuvo cuando vio los ojos del peliblanco, estos tenían un brillo o una marca que se sentía en todo el cuerpo y que solo había visto descrito en estudios de alquimia antigua. Todo parecía tener sentido, él era uno de ellos, de esa raza que se creía extinta. La sensación, el símbolo todo era exactamente como le había contado su abuelo. Pero su concentración se vio interrumpida por una inusual vibración en el suelo y el aire que le llamó inmediatamente la atención. Se concentro e intentó sentir la energía vital de lo que fuera que causaba esto. Su cara se palideció al descubrir que no era uno sino cientos, tal vez miles, y por diferentes razones supo que eran insectos…pero eran enormes y se acercaban a una gran velocidad.

¡Se acercan bichos gigantes, PREPARENSE!— gritó con todas sus fuerzas para que todos lo escucharan. Regen salió rápidamente del agua e intentó ponerse su armadura. Roselin corrió hacía los tres a toda velocidad. Mary se puso en guardia.

Moregan no entendía muchas cosas, ¿Por qué se le había quedado mirando tan raro hacía un momento? Y lo más importante ¿Cómo sabía que se acercaban los bichos?, en fin todas esas preguntas tendrían que esperar, si lo que decía era cierto y se trataba de insectos “infernos” o infernales, necesitarían de un verdadero milagro para sobrevivir…
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