Cada rosa del ramo y cada peta..

Cada rosa del ramo y cada pétalo de la rosa.


Prologo

Era una canción sencilla, una melodía suave sin letra, pero era lo más hermoso que había escuchado. Sin poder reprimirlo, una lágrima se formo en sus ojos y termino convirtiéndose en una lluvia incesante que bajaba por sus mejillas. El muchacho que tocaba la flauta dejó de tocar, y observó a la muchacha. Se sentía incomodo, no estaba seguro de porque lloraba la joven, pero no quería pensar que fuera por su música. Se acercó al banco donde estaba sentada la joven. Se agachó y con la mano aparto el pelo del rostro de la muchacha. Ella se había llevado las manos a la cara para que no le vieran lo ojos enrojecidos por el llanto.

-¿Qué os sucede, mi lady?- La habló con dulzura.

Ella quito las manos y le miro mientras se secaba las lágrimas con los dedos. Will, que así se llamaba el joven flautista, sintió que se le encogía el corazón. Aunque era la primera vez que la veía, sentía un dolor insoportable al verla llorar. Aquella criatura que tenía delante le parecía un ángel. Era muy hermosa, su rostro era delicado y dulce, tenia las facciones finas como las de un niño, sus ojos le recordaban al mar, azules e infinitos, su cabello era como la noche. Pero ese aspecto desvalido e inocente el que le removía el corazón.

-No te preocupes, no es nada.

Su voz era más bella que incluso ella misma, era suave y dulce. Era aquella voz la que ponían los grandes músicos a sus canciones, Era esa voz que te llenaba de infinita felicidad en un día soleado y te daba esperanzas en la negrura de la noche.

-¿Cómo te llamas?- Se atrevió a preguntar.

Antes de que la joven pudiese despegar los labios una voz ronca y dura, que no permitía replica, llamó a gritos al muchacho. Se sorprendió el joven de no haber notado antes de que la plaza se había llenado de gente.
Se levanto de un salto y giró la cabeza, en pocos segundos el hombre estaría a su lado. Con una mirada de desesperación miró a la joven, pidiéndole con la mirada que le dijese su nombre

-Belle- Comentó en un susurró cuando el hombre ya tenía la mano puesta en el hombro de Will.

-¡¿Qué haces aquí, holgazán!? ¡Vete ya a los establos, los tienes que limpiar antes de que llegue Lord Shealder!

El chico comenzó a andar rápidamente antes de que Bauthor le pegara por tardar en hacer su labor. Desde lejos se volvió y miró a la joven. Ella levantó la cabeza, fijó sus ojos en los de él y sonrió. Aquella sonrisa le pareció la más bella de su vida, era la sonrisa de un ángel. Will no olvidaría esa sonrisa nunca, ni al ángel que le había deslumbrado con su luz. Y Belle no olvidaría esa canción, ni al muchacho que la había hecho sonreír.



He escrito dos capitulos mas que pondre en cuanto tenga tiempo y los repase.