Utopia Medieval
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 Mi historia

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Esgal
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Esgal


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MensajeTema: Mi historia   Mi historia EmptySáb Mayo 29, 2010 4:53 pm

Un pequeño relato que me ha salido en un momento aburrido y tenso. Es el primer episodio, no lo he revisado, ni siquiera le he dado nombre, solo he dejado que mi mente transmitiese la idea en bruto a mis manos, y he dejado que estas escribiesen en mi teclado la historia... Si os gusta, la continuaré. Si no os gusta, seguiré escribiendo, pero no la postearé.
______________


Flotaba en medio de la inmensidad. No tenía cuerpo, no tenía mente, no veía ni sentía nada. Unicamente podía pensar, y existir. ¿Donde estaba? Hacía eones que me había dejado de hacer esa pregunta ¿A donde iba? No tenía ni la menor idea, pero poco me importaba. Solo estaba yo, mis pensamientos, y la eternidad. Entonces, me percaté de que tenía ojos. Siempre habían estado ahí, pero nunca me había dado cuenta de que estaban ahí. Decidí abrirlos.

Capítulo 1: El despertar

Mi cerebro se apresuró para procesar la avalancha de luz que me saturó los ojos. Parpadeé un par de veces, y mis ojos comenzaron a adaptarse a la luz. ¿Donde estaba? Frente a mi solo había un extraño foco que hacía que me picasen los ojos. Entonces el resto de sentidos comenzaron a funcionarme, casi de golpe. Sentí una fina tela que cubría mi cuerpo, que estaba tumbado. Mi nariz se llenó del rancio olor de un sitio cerrado demasiado tiempo. La boca me sabía a ceniza salada. Pero lo mas inquietante fué el oído. A mi alrededor sonaban unos pitidos extraños, maquinaria en funcionamiento y el suave rumor de un fuelle subiendo y bajando.
Alzé mi cabeza para dejar de mirar al foco del techo, y miré mi cuerpo. Estaba tapado con una sábana blanca hasta la cintura, y tenía el pecho al descubierto. Cientos de finos tubos y cables entraban en mi cuerpo, y mi barbilla chocó contra mi pecho antes de lo normal. Puse los ojos bizcos y ví que llevaba una mascarilla, que me hacía respirar con el fuelle que había oido antes. ¿Que coño me estaban haciendo? Quise mover una mano, pero estaba atada a la camilla con una suave tira de tela.

Me entró el pánico.

Tiré con fuerza, la tela que aprisionaba mi brazo se rasgó, y luego liberé el otro brazo. La multitud de tubos que recorrían mis brazos tiraron de los aparatos a los que estaban conectados. Varios tubos se soltaron de mis brazos, otros se soltaron de la maquinaria, y otros no se soltaron, e hicieron que los aparatos cayesen al suelo con estrépido. Me senté sobre mi camilla, rompí las ataduras que había tambien en mis piernas, y me puse de pie sobre el suelo. Vale, estaba desnudo, pero esa no era mi preocupación en ese momento. Comenzé a quitarme los tubos que salían de mi piel con rapidez, y casi con asco. De varios de ellos surgieron extraños líquidos ¿Que ostias me habían metido en el cuerpo?
Cuando terminé de quitarme cables, miré donde estaba. Parecía una habitación de hospital, solo que no había casi espacio, todo estaba lleno de máquinas y extraños depósitos con todavía mas extraños líquidos. Me quité la mascarilla, mis pulmones podían respirar por si solos, gracias. Fuí hacia la puerta, que se abrió de forma automática antes de que llegase a ella, y entró un hombre con bata y unas gafas redondas ligeramente opacas. Dijo algo de que volviese a la camilla, pero no quise hacerle caso. Corrí hacia el, con una sonrisa macabra en la cara, dispuesto a escapar, las preguntas ya las podría hacer después.

El pobre médico apenas tuvo tiempo de hacerse a un lado, y me le llevé por delante. Me sorprendí por la facilidad con la que le había tirado al suelo, y eché a correr por el pasillo. Caramba, nunca en mi vida había sentido mi cuerpo tan vivo. Llegué a una esquina, y entonces empezó a sonar una alarma estridente, y una voz comenzó a resonar por todo el edificio.

-Paciente número 1436 se ha despertado, se dirige a las escaleras de servicio 12, sedadlo y llevadlo a la sala de interrogatorios, repito, paciente número...

No me paré a escucharlo entero, seguí corriendo hacia el único lado que podía, alejándome de mi habitación. Llegué a otro cruce de caminos, pero por el pasillo a mi derecha escuché pasos. Mierda. Me pegué contra la esquina y me agaché, con la vaga esperanza de que no me viesen. Agudicé el oido para escuchar lo que decían. Sonaban como dos compañeros charlando amigablemente

-Si, el del experimento es el que se ha ido, espero que no nos le crucemos, recuerda lo que ocurrió con el último que se fugó de ese experimento...

Entonces doblaron la esquina. Pude verlos, y ellos me vieron a mi. Iban uniformados entero de negro, con algun adorno azul, y portaban unos extraños rifles de color negro también. Ambos al verme se echaron el rifle al hombro, y me apuntaron. No me paré a darles los buenos días, salí corriendo por donde había venido. A mis espaldas sonaron los típicos gritos de "alto!" y todo eso, pero me sentía rebelde que quereis que os diga. Algo, que iba demasiado rápido para ver que era, se estrelló contra la parede que tenía enfrente. Se hizo pedazos, que cayeron al suelo con un sonido metálico. No tenía tiempo para ver que era, pero mis pies descalzos pisaron una de las esquirlas, y ¡Joder como dolía! caí al suelo, clavándome de paso todos los fragmentos por un costado. Un dardo metálico entonces se me clavó en la cadera derecha.

-Control, unidad 5, tenemos al sujeto 1436, le hemos sedado.

No tuve tiempo de escuchar nada mas, me habían inyectado algo demasiado potente, y caí dormido, y desnudo también sobre el suelo.
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Esgal
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptySáb Mayo 29, 2010 6:19 pm

Nuevamente la eternidad flotaba frente a mi. Sin embargo, había algo mas... escuché a un niño llorar en la lejanía, pero entonces desperté de golpe...

Capitulo 2: Rata acorralada.

Desperté, pero no estaba tumbado. Me encontraba sentado en un taburete. Quise preguntarme como había aguantado ahí en equilibrio sin caerme al suelo, pero no lo hice. Seguía desnudo, pero mi cerebro no recordaba lo que era la vergüenza. Miré a mi alrededor, estaba en una sala tan oscura que no llegaba a ver las paredes que la delimitaban. La única iluminación que había en aquel lugar era un chorro de luz que caía justo sobre mi, pintando un circulo de luz de unos tres metros de diámetro, en cuyo centro estaba situado mi taburete, y sobre el estaba yo. Me levanté, y me dí un voltio por la zona, pero no me alejé de la luz, por miedo a perderme o chocar con algo. Una voz retumbó por toda la sala, una voz distorsionada mediante ordenador.

-Paciente 1436, ha sido procesado tratando de escapar ¿que tiene que decir en su defensa?

-Esto... ¿que?- me sorprendí de poder seguir hablando... ¿mi voz no sonaba algo así como muy grave?

-Paciente 1436, le aviso que esta vista pasará a formar parte del registro de seguridad número 837 C ruego que conteste a mis preguntas con sinceridad.

-Un segundo ¿quien me habla y por que estoy aqui?

-Paciente 1436, no tiene rango para hacer preguntas. ¿Por que agredió a su correspondiente médico?

-¿Que estoy haciendo aqui? ¿que coño es este lugar? ¿que pensais hacerme?

-Paciente 1436, le habíamos avisado, procederemos a sedarle de nuevo y a someterle a una anulación, por favor, manténgase quieto y en silencio.

-Pero ¿de que mierda me hablas?

Se abrió una puerta a unos cuatro metros de mi, inundando la sala de luz y por ella entraron dos hombres con fusiles parecidos a los que llevaban los tios con los que me había cruzado antes. Pero nanay, no me iba a dejar sedar otra vez. Cogí mi taburete, pero estaba anclado al suelo. Mientras los seguratas que iban a sedarme se acostumbraban a la oscuridad, tiré con todas mis fuerzas del único arma disponible, y me sorpendí al oir un chirrido metálico, y luego el taburete cedió, aunque una pata se partió y se quedó en el suelo. Se lo tiré a uno de los tios que ya me apuntaban con el fusil, y eché a correr hacia ellos, descubriendo lo rápido que podía ir. El taburete le pegó a uno de ellos justo en la cabeza, no pude evitar pensar "¡Boom! ¡Headshot!" pero ¿que eran esos pensamientos? bueno, yo a lo mío que es describiros lo que hice.
Al que le dí en la cabeza cayó al suelo despatarrado, y su compañero se giró hacia el para ver si estaba bien. Bien bien, no me apunteis idiotas, vereis que risa os va a dar. Le enchufé un puñetazo en la cara flipante. Vamos, que cayó patas arriba en el suelo. El walkie que llevaba uno de ellos comenzó a sonar, le cogí sin saber muy bien que hacer.

-Unidad de control 7, ¿que ocurre? ¿todo en orden?

-Eeh... ¡Si jefe, todo bien, el prisionero quiso darnos, pero ya le tenemos dormido al muy cabrón!

Casi al instante comenzó a sonar de nuevo aquella odiosa alarma. Joder, que tampoco lo había echo tan mal. Sin perder tiempo, cogí el rifle de uno de los tíos, y eché a correr al primer lado que se me ocurrió. Escuché los gritos del tío al que le había echo tragarse los dientes con el taburete, pero no me paré, y seguí corriendo. Llegué a una bifurcación. Derecha mejor, la izquierda siempre era mala suerte. Entré en lo mas parecido a una sala de espera de un hospital que os podeis imaginar, solo que las sillas de plástico no eran rojas o azules como la mayoría de los hospitales... eran verdes.

Escalofriante.

Crucé aquella sala, pero vi de refilón que entraban en ella mas seguratas, y me metí tras una máquina expendedora que había por ahí, con suerte no me habrían visto. Escuché sus pasos caminar por la sala. Iban despacio, sabían que estaba ahí. Mierda. Cuando creí que los tenía casi al lado, para aprovechar al máximo el factor sorpresa. Y tanta sorpresa, casi se cagaron en los pantalones. Eran dos. ¿Joder aquella organización le molaba agrupar siempre en parejas? Disparé al primero que ví, pero no le dí, el dardo se hizo migas al otro lado de la sala. Apreté el gatillo de nuevo, pero o el arma se había quedado sin munición, o para poner otro tiro en la recámara había que hacer algo raro. No me paré a averiguarlo. Le dí con la culata en la cara al que casi había dado en la cara. Cayó al suelo con la nariz sangrándole a chorros. El otro no perdió tiempo, se llevó el rifle a una postura para apuntar bien y disparó. La esquive tirándome al suelo con una gracia digna de un protagonista querido por su autor, y le agarré de un tobillo y tiré con fuerza de el, haciéndole caer al suelo.
Me subí sobre su pecho antes de que pudiese reaccionar, y le comencé a asestar ostias en la cara con su propio rifle, que había soltado al caer al suelo. Mirad, puedo parecer un jodido asesino, pero si para evitar que me droguen y me vuelvan a meter dios sabe que en el cuerpo tengo que matar, no lo voy a hacer. Su frente pareció ceder al quinto golpe, y me levanté. En aquella sala había un ventanal, y las plantas que se veían desde dentro me decían que estaba en una planta baja, asique podría tirarme por ahí para escapar. Pero desnudo no podría hacer demasiado, y menos descalzo. Mientras el walkie de uno de los pavos comenzaba a sonar, yo no perdí el tiempo y le quité la ropa al que acababa de moler el cráneo a golpes. Me la puse, bueno, me quedaba algo holgada, pero tendría que valer. Las botas eran una talla mas que la mía, y bailoteaban algo. Ya encontraría algún método para apañarlas. Cogí el rifle descargado de antes, y le tiré contra la ventana. El cristal se hizo añicos, pero no cedió. Le tiré el otro fusil, y esta vez la enorme cristalera cayó hacia fuera de la sala. La alarma comenzó a sonar.

-Paciente número 1436 planea fugarse por la sala de personal número 7, esta armado y es peligroso, le queremos vivo, repito, paciente número...

Cogí el fusil que había usado pa matar al segurata y salté por la ventana con los pies juntos, cayendo sobre un bonito parterre lleno de cristales, del que crecían varias plantas algo raras. Escuché que a mis espaldas comenzaban a llegar seguratas a la sala, y la mayoría iba hacia la ventana para freirmea calmantes. Tenía que irme de ahí y tenía que hacerlo ya....
Un dardo que se estrelló junto a mi tobillo me hizo salir de mis ensoñaciones, y eché a correr de forma paralela al edificio, si me alejaba de el sería el blanco perfecto para todos los tiradores. Quizás tenía la mente confusa, pero a eso llegaba. Tras de mí oía las carreras de los seguratas que querían alcanzarme, pero yo corría mas que ellos, aunque no sabía por que. Con una sonrisa de superioridad, continué corriendo hasta llegar a la esquina del edificio. Vale, había un muro por el que paseaban mas hombres armados. Seguramente el muro rodease todo el perímetro, pero no tenía tiempo para averiguarlo. Comenzaba a estar cansado, el sol se estaba poniendo, y la oscuridad comenzaba a hacer efecto en mi cuerpo, me entraba sueño... Apoyé la espalda en la pared, algo adormilado, y sentí un aguijonazo en el culete. Retorcí mi espalda para ver que era, y vi un dardo clavado en el, que me había clavado mas al apoyarme. O mierdaaa........
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Arys

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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptySáb Mayo 29, 2010 9:15 pm

Un agradecimiento a cierta persona que yo me se.
Para el que no lo sepa, soy una piel de Esgal
____________


Cuando la anestesia recorre tus venas amenazando con sustituir la hemoglobina, se te hace difícil pensar en quien eres... aunque curiosa pregunta ¿Quien era yo? ¿Que hacía ahí, y que me estaban haciendo? Por primera vez en mucho tiempo... sentí el abrazo del miedo, quise escapar, y para mi sorpresa, lo conseguí...

Capitulo 3: El proyecto Polaris

Desperté de nuevo, y tomé conciencia de mi cuerpo. Otra vez desnudo ¿Les molaba a los de aquel sitio despelotarme o que? Fuí a moverme, pero esta vez si que me habían atado a la camilla a conciencia. Por mover no podía ni mover la cabeza. Vamos, que estaba jodido. Moví los ojos hacia lo que habría sido abajo si hubiese estado de pie, tratándo de ver mi cuerpo, pero no vi nada, solo una maraña de cables y tubos, que supuse que estaban conectados a mi cuerpo. Jooder ¿Pero que ostias me querían hacer? Intenté removerme, me agité, grité hasta quedarme ronco, pero nada, mi cuerpo estaba mas agarrado a aquella camilla que una maruja a un cupón de descuento de peluquería.

-No hay escape posible.

-¿Quien habla? ¿Donde estas? ¡Da la cara cabrón!

-Tranquilo chico, no voy a hacerte daño... todavía.

-¡¿Que?! ¿Que me vas a hacer? Pedazo desgraciado, ¡Si pudiese moverme te ibas a cagar!

-Mira chaval, te diré dos cosas que puedes hacer, o callarte y ver lo que voy a hacer, o seguir dando guerra y conseguir que te anestesie otra vez

-Bueno vale, ya me callo pero ¿Que me vas a hacer?

Entonces una cara apareció en escena. Casi grité del susto. Parecía que se había inclinado sobre mi para hablarme. Lo primero que me golpeó fué su asqueroso aliento, y luego su cara. Era un tio muy viejo, arrugado como una pasa. Su cara dibujó una asquerosa sonrisa llena de dientes amarillos, algunos de ellos partidos. Buaj.

-Chico, deberías estar orgulloso de ser el sujeto de pruebas numero 3 del proyecto Polaris los sujetos anteriores... no resultaron aptos. Daría lo que fuera para ocupar tu lugar, joven, pero mi cuerpo no soportaría lo que te vamos a hacer dentro de poco...

El viejo salió de mi visión. Le escuché paseando de lado a lado por la sala, mientras hablaba con la voz teñida de orgullo.

-Verás, te lo contaré por encima, creo que no pierdo nada contándotelo. Hace años, cuando tenía tu edad mas o menos, comencé a estudiar el por que de los sentimientos ocurren en nuestras mentes. Busqué la respuesta por todos los libros que cayeron en mis manos, pero ninguno tenía lo que buscaba, de modo que pasé a la experimentación. Tras varios años experimentando con animales, descubrí que algunos sentimientos primarios, tales como el miedo o la ira, se producen debido a la liberación de ciertas sustancias químicas al organismo. Intenté eliminar aquellas sustancias del organismo, y los resultados fueron satisfactorios. Conseguí animalillos que no sentían miedo. Me dije a mi mismo, que si el miedo se puede eliminar del organismo ¿por que no podría hacer lo propio con los demás sentimientos?. El proyecto Galería me hizo ver que sustancia causa cada sentimiento, y ahora, el proyecto Polaris me permitirá crear un ser humano sin sentimientos. Me dije a mi mismo que lo mas facil sería anular los sentimientos de un niño, pero no pudo sobrevivir a lo que le inyectamos... el sujeto de pruebas número dos... escapó de su sala y se tiró por la ventana... una pena, era un individuo fuerte, y ahora te tenemos a ti, paciente 1436. Tengo grandes espectativas en ti... no cometeremos el error del sujeto número 2.

-Vaya viejo... te estas emocionando ¿Por que no me dices ahora que eres mi dios y que puedes volar?

-Te avisé chico, tendré que sedarte de nuevo, dulces sueños...

Escuché un pequeño pitido, y mi vista se nubló...

Pero no caí del todo dormido ¿Que demonios? ¿Acaso mi cuerpo había desarrollado resistencia ante la anestesia? Vaya, estaba medio sobado, pero podía sentir un poco mi cuerpo. Se me cerraron los párpados, pero seguía algo consciente... Parecía que alguien mas entraba en la sala, unos cuantos mas, y escuché unos pitidos extraños. De pronto, comencé a sentir una presión en cada punto donde tenía un tubo incrustado. Luego vino el dolor. Pero cuando digo dolor, es dolor, como cuando vas andando con chanclas y te das en el dedo chico del pie con el escritorio, solo que por todo el cuerpo. Grité, y me convulsioné sobre la camilla.

-Mierda, no está sedado del todo, otra dosis ¡Ya!

Antes de que me sedasen del todo, me pareció oir algo mas...

-Si alguien necesita algo, que sea ahora, en medio de una lobotomía no podemos...

Caí dormido de nuevo... estaba bien jodido, pero no lo sabía en ese instante.[b]
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Esgal
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyDom Mayo 30, 2010 2:24 am

Esta vez no flotaba como de costumbre... mas bien caía en un abismo negro infinito. Y esta vez no habría podido despertar si no me lo hubiese propuesto. Deseé poder volar, y mi caida se detuvo. Vaya, curioso. Parecía que, al fin y al cabo, en mi mente seguía mandando yo. Pues bien, mandé a mis ojos abrirse una vez mas.

Capitulo 4: Obertura

Vale, puede sonar irreal que consiga vencer una y otra vez la anestesia, pero del mismo modo que si te pegas cabezazos contra una pared o bien te rompes la cabeza, o bien te acaba no doliendo, mi cuerpo comenzaba a rechazar el sedante que me administraban una y otra vez. Quizás si hubiesen cambiado de somnífero me hubiesen tenido mas controlado, pero bueno, era un fallo a mi favor. No estaba en la sala donde me había despertado antes, es mas, ni siquiera estaba atado. Me encontraba tumbado en una lisa mesa metálica, de color blanco y con las esquinas redondeadas. Las paredes de la sala donde estaba eran acolchadas, como las de un manicomio. ¿Donde me habían metido?
Esperé sentado sobre la mesa, durante lo que parecieron horas, y en una de las paredes se abrió una puerta, y entró el viejo de antes con tres seguratas armados. Estos seguratas si que estaban mazados. Llevaban unos rifles bastante mas robustos que los otros. Vamos, que de disparar dardos de juguete se habían olvidado ya. El viejo se frotó las manos y se me acercó con aire risueño. Se inclinó hacia delante, mirándome a los ojos. Me fijé en que era bastante bajito.

-Bueno, paciente 1436 ¿Que tal te sientes? O quizás deberia decir... ¿Sientes algo?

-¿Sentir algo? ¿A que te refieres?

Un pequeño gesto de triunfo surcó el rostro del viejales. ¿Que le hacía tan feliz? Se dió un paseo, rodeando la mesa y mirándome como si fuese un bicho metido en un tarro. Se puso a tararear una canción que solo el conocía. Solo le faltaba ponerse a dar saltitos de alegría.

-Un rotundo éxito, si señor... A por cierto, se me olvidó mencionarte que tambien hemos eliminado todos los recuerdos que tenías de tu vida anterior... ¡Vamos, alegra esa cara, vivirás sin miedos, sin preocupaciones, sin desamores! Adiós a los ataques de furia, nunca mas tu mente será dominada por un sentimiento que te obligase a actuar moralmente mal...

-¿Me estás diciendo que me has quitado los sentimientos y todos mis recuerdos? ¿Asi sin mas? -Mi mente me decía que debía sentir algo mas que la enorme indiferencia que ahora mismo me inundaba. Supongo que de haber tenido mis facultades al cien por cien, le habría gritado, pero no pude, y no se por que. Dejé caer los hombros y miré al suelo- Lo mas inquietante... es que pareces haber tenido éxito.

-¿Lo ves? Ahora vienen las pruebas para ver si rechazas alguno de los compuestos que te inyectamos antes...

Un ruido proveniente de fuera le detuvo. La puerta se vino abajo, y por ella entraron varios tipos con unos uniformes mazo de raros, y se liaron a tiros con los seguratas de las ametralladoras, que no tuvieron tiempo ni de llevarse el arma a la cara, y apenas pudieron disparar alguna bala que se quedó en la pared inofensivamente. Al viejo le dejaron vivo, que se acurrucaba como un conejo asustado contra una esquina, alzando débilmente los brazos para protegerse. Luego, uno de ellos se quitó el casco, dejando ver una cara curtida y sudorosa, adornada por un rastrojo de barba. Se llevó la mano a la oreja, y pude ver que de ella salía un pequeño micrófono

-Saxofón a orquesta, tengo al objetivo frente a mi... No, sigue vivo. ¿Que hago con el?... Está bien, me pongo en movimiento.

El tio soltó su rifle, que quedó colgado a su espalda con una correa, y se sacó una pistola del cinturón. ¿Me iba a disparar? Esperé para ver que hacía, ni siquiera parpadeé cuando me apuntó con el arma, pero luego llevó la mira del arma al viejo, que gritó débilmente antes de que su cerebro se convirtiese en el anfitrión de una bala del calibre 45. Luego el hombre guardó su pistola y me tendió su mano. Se la estreché no se bien por que, y luego sonreí para dar algo de confianza.

-Tranquilo chico, no te haré nada, vamos a sacarte de aqui. Puedes llamarme Saxofón, pero mis amigos me llaman "Sax" ¿Cual es tu nombre?

-No me acuerdo... solo se que me llamaban paciente 1436

-¿Un poco largo no? Te llamaré viola ¿Te gusta? Aqui todos tenemos nombres de instrumento. Esos de ahí son Timbal -señaló a un uniformado particularmente corpulento- Flauta -un larguirucho hombre me saludó con la mano- y Trombón -un tio que se había quitado el casco y lucía una larga melena rubia me saludó asintiendo con la cabeza- ¿Viola te parece bien entonces? ¡Aprovecha ahora a que puedes cambiarlo!

-Creo que así estaré bien, gracias ¿Podemos irnos ya?

-Nos iremos cuando llegue Platillo con la información que buscamos... nuestras órdenes eran cogerte a ti y esos archivos. Tenemos un helicóptero en la azotea esperando para irnos. Joder ¡Timbal! ¿Donde coño esta Platillo? Debería haber llegado ya.

Timbal salió fuera a echar un ojo, y entró de nuevo negando con la cabeza. Saxofón dió una patada al suelo y soltó un juramento. Me hizo una seña para que le acompañase. Salimos todos al pasillo. Me di cuenta que no estaba desnudo, como de costumbre. Llevaba una enorme camiseta que me llegaba por las rodillas. Bueno, mejor que ir con el badajo colgando por ahí. Esperamos durante un rato, hasta que el tal Platillo apareció. Era un hombrecillo bastante bajito (como mínimo todos le sacábamos una cabeza) Que mostraba con aire triunfal un pequeño pendrive.

-¡Lo tengo! Las contraseñas de seguridad eran algo mas fuertes de lo que me imaginaba, por eso tardé tanto ¿Es este al que buscábamos? Parece un pobre pring...

-Ahorrate los sermones, tenemos que salir de aqui, no podemos entrar a fuego y sangre matando todo lo que veamos ¡Vamos Viola, salgamos de aqui!

Me apresuré a seguirlos. Tras varios pasillos y escaleras, salimos a la azotea. Dios, luz solar... Picaba en los ojos, y mucho. Todos a excepción de Timbal subieron al helicóptero. Me dí la vuelta para preguntar por que no subía, pero me cogió de la cintura y me lanzó como si fuese un saco patatas al interior del vehículo. Luego se subió el. Me senté entre Saxofón y Flauta, y me puse el cinturón de seguridad como me indicaron. Todos se quitaron el casco. Comenzaron a felicitarse unos a otros por haber cumplido la misión con éxito, y luego Saxofón me dió una palmada en la rodilla, haciendo que me sobresaltase

-Bueno Viola, dudo que volvamos a vernos cuando te bajes de este helicóptero y te escoltemos hasta el punto de entrega

-¿Punto de entrega? ¿A donde me llevais?

-Al laboratorio 13 del complejo Practical Lab, y el resto no tengo ni idea, a nosotros no se nos permite conocer mas de lo necesario... Pero vamos, no creo que te hagan nada, supongo que querrán someterte a observación, y quizás te hagan algunas pruebas

-¿Si? ¿Y que diferencia tiene del antro del que me habeis sacado?

-Pues... no tengo ni idea, chico, pero supongo que tratarán de devolverte a la normalidad

-Pues vaya... ¿No me pudisteis sacar de ahí antes de toda esta mierda?

-Venga Viola, preguntas demasiado, yo solo soy un mandado, esa pregunta te la tendrá que responder el jefe, y antes de que lo preguntes, no se quien es el jefe. Ahora se buen chico y disfruta del viaje.

Saxofón se puso a hablar con sus compañeros de forma animada, pero yo no pronuncié una sola palabra en todo el trayecto. ¿En que me habían convertido? ¿A donde me llevaban? y la pregunta mas oscura que surcaba mi mente... ¿Por que todo me daba igual?
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyDom Mayo 30, 2010 3:11 pm

Retazos de un sueño que parecen recuerdos lejanos.
Recuerdos lejanos que parecen retazos de un sueño.


Capitulo 5: Palabras vacías.

-Viola, despierta, ya hemos llegado

Una mano me dió un toque en el hombro, y desperté sobresaltado. Estábamos aterrizando en un enorme terreno asfaltado, con una H encerrada en un círculo pintada. A lo lejos se veían varios edificios, no muy altos, a lo sumo el mas grande tendría 4 plantas, pero los otros eran la mayoría de 1 o 2. El helicóptero tomó tierra con suavidad. La orquesta comenzó a desabrocharse los cinturones, y me ayudaron a quitarme el mío. Bajamos todos a tierra, y mis "rescatadores" se pusieron el casco, y formaron a mi alrededor. Uno a cada lado, Saxofón iba el primero. Platillo sin embargo, no nos acompañaba. Me di la vuelta y le ví agitando la mano a modo de despedida desde el helicóptero. Echamos a andar hacia uno de los edificios, a medida que nos acercábamos, podía ver un enorme numero 13 dibujado en la puerta principal. Saxofón señaló al cielo, al helicóptero que pasaba por encima de nuestras cabezas.

-Lo que lleva es demasiado importante, a el le dejarán en base directamente

-Sinceramente, no me importa.

-Bueno Viola, hemos llegado, nuestra misión ha terminado aqui... me gustaría conocerte en profundidad pero... órdenes son órdenes y hay que cumplirlas ¿No? Bueno me estoy alargando, hasta siempre muchacho...

Sin embargo, todavía no nos separábamos... bueno, el resto de la orquesta se fué por donde habíamos venido, pero Saxofón me acompañó a través de la enorme puerta del laboratorio 13. Entramos, hacía una temperatura agradable, quizás un poquito fría, pero eso podía deberse a que yo iba casi en pelotas. Anduve tras Sax por el enorme pasillo, que a veces perdía la pared para tener una vidriera, donde se veían toda clase de tios con bata blanca mezclando cosas, abriendo ranas y todas esas cosas que hacen los científicos. Llegamos a una sala circular, donde nos esperaban tres batas blancas, flanqueados por dos tios vestidos de negro, de aspecto serio. Sax se paró casi de golpe, y yo con el, sin saber muy bien que hacer.

-Paciente 1436 rescatado con éxito.

-Muy bien, saxofón, puedes retirarte... espera, ¿Donde están los archivos que buscábamos?

-Platillo los lleva a orquesta, desde ahí haremos una transferencia.

-Esta bien, puedes retirarte.

Sax dió dos pasos hacia atrás, inclinó la cabeza y entonces se dió la vuelta y se fué por donde habíamos ido con paso firme. Miré a los bata blanca, que me examinaban con curiosidad y cuchicheaban entre ellos. Subí los brazos y los dejé caer, quería decir algo pero no pude... Los examiné uno a uno. Había un hombre calvo por la edad, un hombre todavía mas viejo, aunque no estaba calvo, lucía un poco de pelo blanco desperdigado por la cabeza, y por último teníamos a una joven chica de porte firme, con una bonita melena color fuego que recogía en una cola de caballo que caía paralela a su columna vertebral. Entonces uno de ellos, el que no estaba calvo, habló.

-Paciente 1436, nos alegramos de tenerle aquí, acompáñenos si es tan amable...

A decir verdad los tíos de negro, con las manos sobre sus tásers inspiraban de todo menos confianza, asique no tuve otro remedio que seguirlos. Iba tras los dos viejos, y detrás de mi iba la pelirroja, flanqueada por los dos seguratas. Caminamos por varios pasillos, yo miraba a uno y otro lado. El edificio, o al menos la zona que atravesábamos parecía una mezcla entre oficina y hospital. Varios hombres, tambien con bata blanca, iban de un lado a otro con prisa, y de vez en cuando nos topábamos con alguno de los seguratas, solo que estos llevaban una ametralladora que dejaba ver que órdenes tenían si había revuelta. Llegamos por fin a una puerta que al lado del marco tenía un cartel con dos letras. SP. ¿Que significaba SP?. El calvo abrió la puerta, y entró el solo, invitándome a entrar con una seña. Según entré, los dos seguratas pasaron la puerta y se me colocaron uno a cada lado, con aire amenazante. Paseé la vista por la sala. Parecía una habitación de hospital, la pared contraria a la puerta era entera de cristal, y la luz inundaba la estancia. En una esquina había una cama simple, pero de aspecto acogedor. Al lado de la cama había un escritorio, y colgada en la pared sobre este, una estantería llena de libros. Sobre el escritorio había un pequeño portátil.
También había dos puertas a un lado. Había algo mas por ahí, un perchero, varios cuadros por la pared...

-Paciente 1436, hemos llegado... esta será su habitación, espero que la encuentre cómoda, si desea algo, solo debe presionar este botón y uno de nuestros hombres...

No presté demasiada atención a lo que me decía el viejo, me dirigí hacia la ventana, los seguratas fueron detrás de mi como las moscas a la mierda, pero los ignoré y miré a través del cristal. Se veía una extensión asfaltada, y a lo lejos una valla de malla metálica. Lo que hubiese tras la valla, mi vista no alcanzaba a verlo. Precioso. Miré al viejo, que abría una de las puertas.

-...Y esta puerta le llevará al aseo, y la de al lado es un armario. ¿Alguna pregunta?

-Si, ¿Que quereis de mi?

-Bien, lo repetiré, pues parece no haberme escuchado... está aqui para ser sometido a vigilancia, y si lo desea, podemos devolverle a su estado original, aunque me temo que sus recuerdos serán imposibles de recuperar...

-Osea, que ¿me sacais de un laboratorio para encerrarme en otro?

-No se equivoque, 1436, nosotros no haremos nada que esté en contra de su voluntad, únicamente le someteremos a vigiliancia y observación.

-Pues vaya ¿No me pudisteis sacar antes de que me cambiasen?

-Lamento decirle que no fué posible, ahora si me disculpa, me tengo que retirar.

Una persona normal hubiese agarrado a aquel viejo, le habría estampado contra la pared y le hubiese dado de ostias hasta que cantase todas las preguntas que me rondaban por la mente, pero yo no sentí deseos de eso. Bueno, no sentí nada, simplemente me fuí hasta la cama, donde me tumbé. A mis espaldas escuché la puerta cerrándose, y el silencio interrumpido por una respiración. Alguien se había quedado, pero no quería ni tenía ganas de darme la vuelta. Me quedé dormido...
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyDom Mayo 30, 2010 6:31 pm

¿Quien era? ¿A donde iba? ¿De donde venía? Preguntas sin respuesta cruzaban mi mente... aunque tampoco buscaba respuesta para ellas.

Capítulo 6: ¿Que es el amor?

Abrí los ojos. Estaba arrebujado bajo las sábanas de mi cama, de modo que solo veía oscuridad. Me destapé , y mi vista chocó contra el techo de mi habitación, liso y de color blanco. A mi lado escuché algo deslizándose, y me sobresalté, dando un salto y terminando sentado con la espalda contra la pared, respirando agitadamente. Era la doctora pelirroja de antes, que estaba tomando notas en una pequeña carpeta en la que sujetaba un enorme fardo de hojas descolocadas. Suspiré, y me volví a tumbar con gesto aburrido en la cama. Giré la cabeza, esperando que me dijese algo, pero ella estaba muy concentrada en esos papeles suyos, y de vez en cuando, me dirigía un rápido vistazo para volver a hundir su mirada en las anotaciones.

-Eh, tu ¿No vas a decirme nada? ¿Quien eres y que haces aqui?

-Me llamo Eva, y mi tarea consiste en observarte y tomar registro de todas tus acciones.

-¿Y como se que no me estás mintiendo?

-No te queda otra que confiar en mi palabra.

-Si bueno... genial. Tengo hambre ¿O me vais a matar de inanición para ver que ocurre?

-El doctor ya te dijo que no ibamos a hacer nada en contra de tu voluntad... Sígueme, te llevaré al comedor, pero antes, quizás quieras ponerte algo de ropa.

Ahora que lo decía, tenía razón, seguia con aquel camisón extraño con el que me habían sacado del otro edificio. Me levanté y atravesé mi habitación de tres pasos, y abrí una de las puertas. Era el servicio. Abri la otra, maldiciendo mi mala memoria, y me sobresalté. Vaya, la puerta por dentro tenía un espejo tamaño cuerpo. Me miré de arriba a abajo, examinando mi cuerpo. Vaya, estaba lo que se podía decir "como un queso". Me quité la camiseta, ansioso por ver mi cuerpo mas a fondo quedando desnudo frente al reflectante cristal. A mi lado oí una pequeña exclamación y vi por el rabillo del ojo como Eva se daba la vuelta. Joder, estaba bien musculado... y no tenía casi pelo por el cuerpo, exceptuando por ciertas zonas de debajo de la cintura.
Acerqué mi cara, quería ver como era. Un rostro bien tallado, como si un escultor hubiese dedicado horas a cada cincelazo, me devolvió la mirada. Tenía la nariz recta, los pómulos bien definidos, la mandíbula cuadrada... mi pelo... era negro, y muy corto, como si me hubiesen afeitado la cabeza y el pelo comenzase a crecer poco a poco. También tenía un poco de barba en la punta del mentón. Pero lo que mas me gustó fueron mis ojos... eran azules, un azul profundo, que se oscurecía a medida que se acercaba a la retina...
Miré la ropa que tenía en el armario. Me acabé decidiendo por unos pantalones de camuflaje, aunque antes me puse unos gallumbos negros, una camiseta de hombros negra, y unas botas del ejército. También me puse un cinturón negro de cuero. ¿Típico de las películas? Tal vez, pero ya tendría tiempo para experimentar con el vestuario. Me giré hacia la doctora, que garabateaba frenéticamente en sus papeles, y puse pose chulesca

-¿Que tal estoy?

-Perfecto... ahora vamos, ¿Necesitas algo mas?

-No, todo listo

-Pues sígueme por favor...

Abrió la puerta, y yo fuí tras ella. Nada mas salir, los dos seguratas de antes, que estaban haciendo guardia uno a cada lado de mi puerta, se me pegaron a la espalda... Joder, que cansinos. Fuimos por varios pasillos, Eva saludaba amistosamente a varios de sus colegas, yo caminaba tras ella con las manos en los bolsillos y la vista baja, como un niño al que le hubieses regañado por tirar piedras. Llegamos a una enorme sala, llena de mesas rectangulares con sus respectivos bancos para sentarse. Vamos, como un comedor de instituto. La doctora me llevó a una vitrina donde había bandejas, cubiertos... vamos, como un restaurante de estos rápidos, podeis haceros a la idea. Como no sabía que elegir, cogí de todo un poco, y luego fuí a la mesa que encontré mas cerca. Eva se sentó delante de mi, y dejó todo su arsenal de papeles sobre la mesa. No la presté atención, me puse a comer, desatendiendo modales. Cuando terminé, cogí una de las servilletas que Eva me tendía con mano temblorosa, y me limpié la comisura de la boca. Me eché hacia atrás, y la miré. Apartó la vista de pronto y... ¿se ruborizó? Nah, seguro que eran imaginaciones mias, por que de nuevo me volvió a mirar con gesto serio.

-Oye... ¿Realmente para que me observáis? ¿Acaso tengo algo que os interese? Tengo curiosidad si te soy sincero...

-¿Realmente sientes curiosidad?

Vale, esa pregunta me pilló con la guardia baja

-Pues... no se, supuestamente me han quitado los sentimientos, pero sigo teniendo curiosidad ¿Es eso normal?

-Ahora que lo dices... por lo que se, te han quitado los sentimientos, pero parece ser que los instintos siguen activos... por que al despertarte te has sobresaltado, y eso no tiene por que ser miedo...

-No tengo ni idea, además como nunca he sentido nada, no tengo experiencias para comparar...

-¿Como que nunca has sentido nada? ¿Quieres decir que siempre has sido así?

-Eso creo... si te soy sincero, no me acuerdo, ni me interesa recordarlo.

-Ya veo...

-Bueno ¿Nos vamos?

-Como quieras ¿Adonde quieres ir? ¿A tu habitación, o quizás quieres dar un paseo por aqui?

-Enséñame esto, quiero ver donde me habeis metido...

Me levanté y fuí tras ella. Me dió un buen paseo por todas las instalaciones, visitamos el gimnasio, la biblioteca, los laboratorios... Interesante, eso parecía mas bien una pequeña ciudad a unos laboratorios propiamente dichos. Me iba explicando el por que de tantas comodidades; querían que los pacientes se sintiesen agusto y evolucionasen sin presiones ni estrés. Luego me llevó a un pequeño patio interior, rodeado por cuatro paredes, pero bastante grande. Era un cuadrado de unos treinta metros de lado. Había una fuente en el centro, y enormes árboles crecían aqui y allá. Me senté en un banco que estaba vacío, y mi supervisora se sentó en la otra punta. Pude ver a lo lejos a una pareja... estaban cogidos de la mano, y luego se dieron un abrazo, juntaron sus rostros y... o dios

-Mmmmm ¿Eva?

-¿Si, paciente 1436?

-¿Que hacen aquellos dos de ahí?- Los señalé sin miramientos para reforzar mis palabras.

-¿Esos...? ¡Ah!. Pues... a ver como explicártelo... son una pareja

-¿Y por que hacen eso? Es asqueroso...

-Pues verás... están enamorados, es normal hacer eso cuando sientes amor por tu pareja.

-Vale... ¿Que es el amor?

-El amor... vaya preguntas que me haces, 1436... El amor es... cuando tu... sientes algo por una persona, quieres estar siempre con ella, no quieres que le pase nada malo, siempre

La interrumpí con impaciencia

-Si vale pero... ¿Para que hacer eso?

-Es para demostrarse que se quieren...

-Pues vaya... mas que amor yo ahí veo algo asqueroso. ¿Tengo que alegrarme de no sentir eso?

-No, no deberías alegrarte... es algo muy triste lo que te han hecho.

-¿Triste? ¿Que es triste?

-Anda, déjalo 1436, volvamos a tu habitación, deberías descansar.

La seguí por los pasillos de nuevo, de camino a mi habitación. Llegamos, y antes de abrir la puerta, pregunté el por que de "SP". Me dijo que significaba "Sujeto Polaris", pero no me quiso explicar nada mas, y entramos a mi habitación. Me desnudé, y me tumbé en la cama. Me incorporé, apoyando mi espalda contra la pared, y la miré directamente a los ojos. Ella apartó la mirada, como si no quisiera verme así, y se volvió a ruborizar. Me tapé un poco con la sábana, y ella me miró de nuevo. Con una sonrisa burlona, me quité la sábana, y ella volvió a desviar la mirada. Tras repetir la acción unas siete veces, ella acabó gritándo de vergüenza.

-Bueno, ¡Para ya! ¿Quieres?

-... solo tenía curiosidad ¿Por que te pones asi?

-Pues... por que... No es normal que la gente vaya desnuda ¿Sabes?

-Vale, ya no lo hago mas... Ala, me voy a dormir

La escuché removerse de forma inquieta sobre el sillón de mi cuarto. Me dí la vuelta, parecía que estaba como ida...

-Oye, haces demasiado ruido, no puedo dormir.

-No no... es solo que... Perdona pero... ¿Cual es tu nombre?

Llevé la vista al techo, tratándo de recordar...

-Paciente 1436... aunque los chicos que me salvaron me llaman Viola... puedes llamarme Viola si lo prefieres.

-Esta bien, Viola... buenas noches...

Me dormí nada mas apoyar la cabeza en la almohada.
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyLun Mayo 31, 2010 1:24 am

La confusión me atravesó, como una flecha atraviesa un saco de paja. Tenía preguntas, sin embargo, no buscaba respuestas ¿Que era lo que quería? Quizás ni yo mismo lo supiese con certeza...

Capitulo 7: Respuestas bifurcadas.

Desperté, pero no abrí los ojos. Disfruté del agradable calorcillo que me daba la sábana. Todo estaba en silencio, solo se oia el rumor del aparato que mantenía mi habitación en una temperatura tan agradable. Abrí un ojo, y miré hacia el sillón. Estaba vacío. Pues nada, me levanté de la cama, y busqué la ropa de ayer, pero alguien se la había llevado. Abrí mi armario, y me puse lo primero que pillé, unas deportivas blancas, un pantalón vaquero que parecía que alguien se hubise entretenido haciendo trizas, y una camiseta con un doberman ladrando.
Dí un par de vueltas por mi cuarto, sin saber muy bien que hacer. Me senté en el escritorio, y abrí el portatil. Vale ¿Como se maneja uno de estos? Pulse cualquier tecla para iniciar... bueno, eso es fácil. Introducir contraseña de usuario... Probé a pulsar varias teclas al azar, pero solo hacía que la pantalla se llenase de puntitos. Pues nada, que le den al cacharro este. Me levanté de la silla, y mi mirada chocó con la estantería. En ella había varios libros de aspecto aburrido, por los que pasearon mis ojos para detenerse en uno muy especial. Era un bloc de dibujo. Le abrí sobre mi escritorio, y me quedé mirándolo. Vale ¿No tenía nada para dibujar? Busqué por la habitación, hasta darme cuenta que el escritorio tenía un cajón. Le abrí, y dentro había un par de bolígrafos, un lapicero, una goma de borrar y un sacapuntas. Perfecto.
Me entretuve algunos minutos dibujando una viola. Casi podría decir que me gustaba dibujar. Perfeccioné cada una de las líneas y de las sombras que recorrían mi dibujo, y luego con letra estilizada escribí mi nombre: Viola.

Bueno, había distraido mi aburrimiento durante un rato. ¿Que hacer ahora? Miré a la puerta que daba al pasillo. ¿Se me estaba permito salir solo de la habitación? Bueno, Eva me había dicho que querían que los pacientes se sintiesen libres de presiones, asique supuse que podía salir. Abrí la puerta y salí fuera. Que raro, los seguratas no estaban. Luego la cerré detrás de mi, y me detuve, indeciso ¿Izquierda o derecha? Derecha, siempre me había gustado la derecha.
Deambulé sin rumbo por los pasillos, sin prestar demasiada atención a los bata blanca que iban de un lado a otro. Ellos tampoco me hacían demasiado caso a mi, estaban mas ocupados revisando libros apresuradamente o charlando de forma agitada entre ellos. Me crucé con algun segurata tambien, que me miraban como si fuese un criminal hasta que salía de su rango de visión, pero eso no me incomodaba. Me estaba empezando a cansar de tanto pasillo, quería ir a algún sitio, el gimnasio, el comedor, el patio ese de ayer, cualquier lugar antes que aquella monótona sucesión de pasillos. De modo que me metí por la primera puerta que encontré.

Entré en una sala algo oscura, pues no tenía ventanas, la única luz venía de una pantalla horizontal. Me di cuenta que era una mesa-ordenador de estas táctiles. Tecnología de la buena. Me acerqué, y toqué la pantalla, para ver que pasaba. "Bienvenido, usuario, introducir clave para abrir base de datos" Al instante se dibujó un teclado en la mesa. Movido por una extraña convicción, tecleé la palabra "Polaris" y pulsé el botón aceptar. "Clave incorrecta". Bueno, probemos con 1436. "Clave incorrecta" Moví la cabeza, y se me ocurrió poner "Polaris1436". La pantalla se volvió color azul, y un mensaje me informó de mi éxito "Clave correcta, bienvenido, usuario, seleccionar tarea" Varios botones aparecieron por la pantalla. Veamos... "archivo de datos, consultar avances, historial, localizador del paciente, otras tareas..." ¡Un momento! ¿Como que localizador? ¿Me tenían controlado? Pulsé en ese botón, y un mensaje en rojo apareció "Geolocalizador todavía no implantado, tarea en proceso..." Joder, no quería que me controlasen... Pulsé en "historial". "Historial vacío" Rezaba otro cartelito rojo. Pulsé "Avances", para ver si algun botón me decía algo que mereciese la pena saber. Al instante un montón de letras lleranon la pantalla.

El proyecto Polaris nació a raiz del proyecto Galería. Su objetivo es el de crear hombres cuya razón no se vea enturbiada por los sentimientos, convirtiéndolos así en individuos valiosos para la sociedad del futuro. El proyecto Polaris no fué posible hasta el desarrollo del proyecto Galería, cuyo fín era descubrir el por que los sentimientos humanos tienen lugar en el cuerpo, descubriendo que no son causados por pensamientos, si no por sustancias. El proyecto consiguió aislar y descubrir que sustancia o sustancias causaban cada sentimiento, y gracias a el, se desarrolló el proyecto Polaris, cuyo objetivo era combatir aquellas sustancias del organismo para eliminar los sentimientos. Tuvieron lugar tres experimentos. El número uno se probó con un niño, pues los sentimientos aún por desarrollar serían mas fáciles de eliminar, pero el sujeto no soportó el tratamiento. El número dos se probó con un hombre, pero en su huida saltó por una ventana, falleciendo. Analizamos cuidadosamente que fallos habían desencadenado en esa conducta, y lo descubrimos; eran los recuerdos. El sujeto enloqueció debido a que recordaba su pasado sentimental, y no era capaz de reproducirlo en el presente, causando un transtorno psicológico que llevó a su suicidio. La respuesta estaba ante nuestros ojos. Cortando ciertos nervios, eliminaríamos las experiencias vividas del sujeto de su memoria, inhibiendo asi este transtorno. El sujeto está listo para ser sometido a la operación.

Di al botón "Atrás", y volví al menú, donde pulsé "Archivo de datos" Y de nuevo la pantalla se llenó de botones

Entre los sentimientos aislados por el proyecto Galería se encuentran: El afecto, el odio, la tristeza, la alegría, la ira, el rencor, y los remordimientos.

Esperé a que saliesen mas letras, pero supuse que había que dar a alguno para que saliese la descripción. Pulsé en la ira, mas bien al azar que por curiosidad, pero luego recordé que mi pregunta a que era la tristeza no había tenido respuesta, y dí a atras para luego dar a tristeza. "Decaimiento de la moral, provocado a menudo cuando nuestras espectativas no son cumplidas". ¿Que era la moral?

No tuve tiempo de responderme a esta pregunta, pues de pronto una mano se apoyó sobre mi hombro, y me dí la vuelta sobresaltado. Era uno de los seguratas, táser en mano, mirándome con dureza. Hubiese sentido miedo, pero no sentía nada, solo una cierta precaución...

-Se encuentra en una zona restringida, prepárese para ser procesado

-¿Como que procesado?

El segurata, sin muchas ceremonias, me pegó un calambrazo con el táser, No pude contenerme, un grito desgarrador salió de mi garganta, luego me quedé tieso en el suelo. El vigilante se guardó el táser en el cinto, apagó la mesa-pantalla y me cogió bajo el hombro como si fuese un tonel de cerveza. Cuando salimos, me dejó en el suelo, yo no podía moverme, y le oí hablar con alguien.

-Control, unidad de seguridad número 37 B, tengo aqui un intruso... No, no está armado, le tengo reducido... Le he pillado hurgando en un ordenador ¿Que hago con el?... Bien, me pongo en movimiento. ¡Andando chaval, no me hagas pegarte otra descarga!

Me levantó del cogote, y me puso unas esposas en las muñecas. No quise oponer resistencia, y eché a andar dócilmente tras el. Sinceramente, no quería otro calambrazo de táser. Dolían demasiado. Tras lo que me parecieron horas andando, me pareció escuchar a alguien corriendo tras nosotros. Me dí la vuelta, y ví a Eva corriendo hacia nosotros. El segurata me pegó un capón, y Eva gritó.

-¡Suelte a ese hombre!

-Debe disculparme, doctora, pero tengo órdenes de llevarle a la sala de juntas.

-Me da igual, soy su supervisora, y digo que me le llevo.

-Doctora, cumplo órdenes, y si le suelto, las represalias me las llevaré yo.

-Asumo cualquier responsabilidad, ahora yo me hago cargo de el.

A regañadientes, el segurata me soltó las esposas con una llave que se sacó de un bolsillo. Me dijo algo de "Que suerte has tenido, chaval" y se alejó de nosotros con aire fastidiado. Miré a Eva, que me había cogido de las muñecas y miraba con gesto preocupado las marcas de las esposas. Retiré mis brazos con suavidad y metí las manos en los bolsillos. La miré a los ojos, y ella apartó la mirada.

-Oye ¿Por que viniste? ¿No era lo correcto? Estaba siendo castigado por haber entrado en una zona restringida... ¿No era lo justo?

-Me da igual lo que sea justo o no, no me perdonaría que te pasase algo, quiero decir... La investigación no puede continuar sin ti.

-Bueno, como quieras ¿Donde estabas?

-En una reunión del doctorado.

-Vale.

-¿No vas a preguntar de que trataba?

-No me interesa. Oye, ¿Que es la moral?

-La moral... buf, vaya preguntas me haces. Pues la moral es... es... Creo que no sabría explicártelo.

Joder, ya empezábamos con las evasivas.

-No en serio, ¿Que es la moral?

-En serio que no se explicarlo pero...¿A que viene esa pregunta?

-Pues en la zona restringida, ví algo del proyecto galería o algo así, y ví algo de tristeza, que ayer te pregunté y no me contestaste, y vi que era el decaimiento de la moral...

-A bueno, entonces creo que se refería al estado de ánimo.

-Estado... de ánimo...

-Si, son las ganas que tengas de hacer cualquier cosa.

-Quieres decir que cuando tengo sueño... ¿Tengo moral de dormir?

Se quedó con cara extrañada como si hubiese dicho la mayor gilipollez de la historia. Joder, que comprensiva.

-Volvamos a tu habitación anda... cuando ví me encontré tu ordenador encendido, te enseñaré a usarle.

Fuimos de vuelta a mi habitación, y me explicó como usar mi ordenador. No tenía internet, pero podía usar la red interna de los laboratorios para hablar con los empleados. Como si me interesase. También dijo algo de que había visto mi dibujo, y que era muy bonito, pero no la hice demasiado caso. Me metí al baño, donde descubrí una ducha. Me quité la ropa, y la lancé hacia la habitación, y me di una buena ducha. No encontré toallas, de modo que salí chorreando del baño. Ví que de nuevo Eva desviaba la mirada. Con gesto cansino, fuí a mi cama, y me senté mirándola directamente, y me tapé la entrepierna con la almohada. Tras un rato de silencio, ella habló.

-Preguntabas que te íbamos a hacer... no estoy autorizada para contártelo, pero te vamos a someter al proyecto Adán.

-Mas proyectos... en este que me haréis ¿Me quitareis el habla o que?

-No... es para devolverte los sentimientos.

-Osea que invertís lo que me hicieron... no se como sentirme ante eso... viendo como estais todos, casi que estoy mejor así.

-¡No digas eso! Los sentimientos son los que nos hacen ser humanos... sin sentimientos yo...

-Sin sentimientos tu... no estarías hecha un lío como lo estás ahora.

-Bueno basta ya, he hablado demasiado, buenas noches, esperaré fuera. Que tengas una buena noche Viola.

Salió de mi cuarto apresuradamente, dando un portazo. Joder, ni que hubiese dicho algo malo. Me cubrí con la sábana y me dormí.[i]
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyMar Jun 01, 2010 7:38 pm

Otra piel de Esgal... aqui vengo con el octavo capítulo... parece que voy bajando el ritmo
Agradezco a todo aquel que haya tenío valentía para leerse este tochaco del copón.
_________________________________________________________
¿Sentimientos? ¿Para que los necesitaba? ¿Me harían ser humano? ¿Acaso no lo era ya?

Capitulo 8: Desconcierto.

Me desperté, y me incorporé casi como movido por un resorte. Ví que Eva se sobresaltaba y apartaba la mirada. Me miré el cuerpo. Vaya, si estaba tapado por la sábana ¿Que demonios le pasaba? Me levanté y fuí de nuevo al armario. Me puse unos gallumbos azules y una camiseta de hombros blanca, y sin hacer mucho caso a la doctora, me senté a trastear con el ordenador. Tenía varios programas para dibujar y retocar fotos, tambien un traductor de idiomas, y alguna que otra cosa mas. Ví una carpeta que decía "Música" y entré sin dudarlo. Hice click en el primer archivo que ví, y cerré los ojos cuando empezó a sonar una orquesta de violines. Encaré a Eva, que de nuevo desvió la mirada apresuradamente a sus notas. Señalé al ordenador

-Es... muy bonito

-¿Quieres decir que te gusta?

-Solo dije que era bonito... ¿Que hay de raro en ello?

-No, nada... solo me parecía curioso que mostrases interés por algo

-Bueno... solo dije que era bonito, no que me gustase.

La vi escribir frenéticamente en sus papeles.

-Oye. ¿Y a ti que te gusta?

-¿Perdón?

-Si vamos, dices que algo bonito... gusta ¿No? entonces ¿Que te gusta a ti?

¡¿Se estaba ruborizando?!

-Y tu ¿Para que quieres saberlo?

-No lo se... tengo curiosidad en saber que es eso de que una cosa te guste.

-Cuando termine el proyecto Adán podrás saberlo.

-No estoy seguro de estar de acuerdo con ese proyecto... ¿En que consiste exactamente?

-Pueeeesss... no estoy segura, pero hasta donde yo se, consiste en revertir lo que te inyectaron mediante otras sustancias.

-¿Y si resulta que es peor lo que me inyectais a lo que tengo?

-Se han hecho simulaciones... pruebas, experimentos, no puede salir nada mal.

-No acaba de convencerme... ¿Para que sirven realmente las emociones y los sentimientos? Para lo único que las veo útiles es para comportarse de forma estúpida.

-Los sentimientos son aquello que nos hace humanos... sin ellos seríamos como robots, seríamos máquinas manipulables. No es bueno carecer de lo que nos hace humanos.

-¿Quieres decir que yo no soy humano?

Se quedó completamente trabada. Abrió la boca como si quisiese hablar, pero la volvió a cerrar. Me giré de nuevo hacia mi ordena, para poner algo mas de música, un solo de saxofón parecía, y volví a mirarla. La sostuve la mirada, quería respuesta a la pregunta que la había hecho. No se por que, pero mi curiosidad esta vez no era desinteresada. Al final habló.

-Pues... eres un humano... pero no te comportas como tal.

-Pero esto es mejor ¿No? Asi nunca interferirán mis sentimientos en mi forma de actuar... y siempre actuaré correctamente.

-Pero... los humanos somos sentimentales, no podemos renegar a nuestra naturaleza, quiero decir, debemos actuar de este modo, pues la razón no siempre es la correcta forma de actuar.

-En lo poco que he visto por aqui, las emociones solo sirven para hacer tonterías y cosas injustas. Tu por ejemplo, ayer pudiste buscarte un problema por quitarme al vigilante de encima, cuando lo correcto hubiese sido esperar a que me procesasen...

-Pero eso fué por que yo te... debo... evitar que te pase algo, eres valioso para el proyecto, no quiero que te hagan daño.

-No quieres... ¿o no debes permitir que me hagan daño?

-Eso mismo, no debo permitirlo... ¿Entonces me has dicho que te someterás al proyecto? Estará listo dentro de unos días...

-Bueno, en unos días puedo haber cambiado de opinión...

Ella suspiró, y volvió a escribir en sus notas. Yo me lo pasé pipa curioseando por toda la música de la carpeta. Tras lo que parecieron horas, me levanté, me puse unos pantalones vaqueros y unas chanclas. Me lo pensé mejor, y me puse un chándal azul cielo, aunque la sudadera me la dejé colgando atada a la cintura. También me puse unas deportivas blancas. Chasqué la lengua para captar la atención de Eva. Me miró a los ojos, pero luego pareció desenfocar la mirada, como si estuviese escuchando al viento.

-¿Podemos ir al patio donde vimos eso que tu llamaste "amor? Quiero ver a mas gente, quiero entender por que se comportan así.

-Dudo que volvamos a verlos... fué mucha casualidad.

-Oh venga, ¿No podía ir a donde quisiera?

-Bueno vale, pero no te prometo nada.

Me dirigí hacia la puerta, esperando que me siguiese. Según mi mano se cerró sobre el picaporte, escuché una temblorosa vocecilla a mis espaldas.

-Mmmmm... ¿Viola?

-¿Si?

-Yo... nada, déjalo, vamos al jardín.

Me encogí de hombros. No había quien lo entendiese. Caminamos durante un rato. Ella iba notablemente alterada, no me dirigía la mirada y cada vez que yo la miraba, se apresuraba a mirar en dirección opuesta. Pues nada, eso solo reforzaba mis ideas de que los sentimientos solo servían para actuar de forma errática. Sin embargo, tenía una curiosidad cada vez mayor... yo también quería probar un poco de eso. Llegamos al patio, pero no había casi nadie. Solo un joven leyendo un libro recostado en el tronco de un árbol. Pues nada... Fuí a sentarme en un banco, donde dejé caer mi peso. Eva se sentó a mi lado, en vez de en la punta del banco. La miré extrañado. Tenía una expresión facial que no supe interpretar. ¿Que la pasaba? Ella aprovechó que yo la miraba para hablar.

-Viola... ¿Realmente sientes curiosidad por sentir en tu cuerpo alguna emoción?

-Si... Nunca dije que la hubiese perdido.

-Pues yo, Viola... estoy enamorada... de ti.

-¿Quieres decir que...?

No me dió tiempo a decir nada mas, por que se me echó encima y me besó en los labios. Aunque mantuve el contacto durante un rato, mas que nada para ver como era, luego la aparté de mi quizás con algo mas de brusquedad de la necesaria. Ella me miró con ojos de cordero degollado. ¿Que había hecho mal ahora? A decir verdad, no sabía que decir, ni siquiera sentía la necesidad de decir algo

-Esto... ¿Que acabas de hacer? ¿Me estas diciendo que tu... sientes... amor por mi?

-Pues... así es, Viola... se que no debería, pero...

-Pero ¿Por que? Sabes que no puedo corresponderte...

-Ya te lo dije, se que no debería... pero cuando tu... es decir, cuando el Proyecto Adán finalice... podrás hacerlo.

-¿Me estás diciendo que todo esto es por que te has enamorado de mi y quieres que te corresponda?

-¡No! Tiene que ver con mis superiores... yo solo...

-No me digas mas, por mi el proyecto se puede quedar estancado.

Me levanté y me fuí por donde habíamos venido. No era rabia ni ira lo que sentía. Mas bien, indignación. ¿Osea que nunca había dejado de ser un sujeto de experimentación? No lo hacían por mí, lo hacían todo por su estúpido proyecto. Realmente no actuaban por que fuese lo correcto, si no por sus malditos sentimientos. La escuché gritar el nombre que me había dado Sax varios días antes, pero no quise escucharla. Caminé con rapidez por el pasillo, en dirección a ningun lado, hasta que ella me dió alcance, y me agarró de un brazo. La miré con cara de pocos amigos. Quizás mi expresión la asustó, por que pareció arrepentirse de haberme seguido, pero luego habló, y aunque su voz temblaba un poco, tenía la autoridad de la primera vez que la había oido.

-Viola, me has malinterpretado, no era eso lo que quería decir.

-Entonces... ¿Que querías decir?

-Pues... verás, aunque tener sentimientos desde tu punto de vista parezca un inconveniente, no lo es.

-¿A que te refieres? No veo nada bueno... todo son desventajas.

-¿Como puedes estar seguro si no sabes como es?

-No me hace falta saberlo, salta a la vista.

-Pero... la felicidad es algo esencial en esta vida

-¿Que es la felicidad?

-Lo contrario de la tristeza.

-Osea... ¿Tener muchas ganas de algo?

-¡Tener ganas de todo! Dios, parece que le estoy hablando a una piedra...

No dije nada, parecía que se debatía internamente. Casi parecía que iba a estallar. Luego me miró, su mirada iba cargada de un significado que yo no sabía como interpretar.

-¿Volvemos... a mi cuarto?

-...

-¿Eva?

-Venga, vamos.

No dijo una sola palabra mas en todo el recorrido. No me miró, casi ni se la oía respirar. Llegamos a mi habitación, y entré, sin darle mucha importancia. Oí un portazo, y al darme la vuelta, vi que ella no estaba. Del pasillo me llegaba el sonido retumbante de unos pies a la carrera...
Me desnudé, me di una ducha, esperé a secarme mirando por la ventana, y me senté un rato a dibujar. Dibujé mi habitación, con una figura mirando por el ventanal... perfeccioné el dibujo hasta que me entró sueño, y me fuí a dormir.
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyJue Jun 03, 2010 5:29 pm

Manipulado... ese adjetivo me describía a la perfección en ese momento... aunque ¿A quien no en estos días?

Capítulo 9: Renacer

Me desperté, y me desarropé al instante. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, busqué a Eva con la mirada. En vez de encontrarme con su cobriza melena, ví en su lugar a un engominado sujeto con unas gafas cuyo reflejo no me dejaba ver sus ojos. Lucía una bata blanca, que le llegaba hasta los tobillos. Estaba muy ocupado escribiendo en una carpeta. Me dirigió una mirada breve, y siguió escribiendo. Mi mente tardó unos segundos en reaccionar.

-¿Donde está Eva?

Tardó un rato en responder, pero su garabateo se volvió mas intenso de pronto.

-Eso no importa ahora, yo soy su sustituto.

-Pero... ¿Donde está? ¿Por que se ha ido?

Me miró por encima de los cristales de sus gafas.

-Paciente 1436, soy su nuevo supervisor, y le agradecería que dejase de hacer preguntas a las que yo no pueda responder.

-Pero ¿Por que no puedes?

-Y... ¿Para que quiere verla?

-Pues... me gustaría preguntarle que le ocurrió la noche pasada...

Un par de anotaciones mas se añadieron a su carpeta.

-Está bien... sígame, por favor.

Me puse unos pantalones, una camiseta y unas botas, todo de color negro, y seguí a mi supervisor con aire cansino por una infinidad de pasillos. ¿A donde me llevaría? La respuesta parecía no llegar, pues no avanzábamos demasiado deprisa, ya que se detenía a hablar de vez en cuando con algún compañero, y yo me quedaba descansando apoyado en alguna pared, mirándolos con gesto ausente. Llegamos a una puerta con un cartel que rezaba "Prohibido el paso a personal no autorizado". Se revisó el reloj, y se encaró hacia mi. Tenía una sonrisita de auto suficiencia, y me hizo un gesto para que pasase por la puerta. No me hice de rogar, y al pasar el umbral, me encontré en una sala ocupada por una mesa larga, rodeada de sillas, todas ellas ocupadas a excepción de dos. Paseé la vista por los presentes, buscando a Eva, pero no estaba ahí. Reconocí a los dos doctores con los que me encontré en mi primer día aquí, pero el resto iban la mayoría trajeados, y los pocos que no parecían hombres de negocios, llevaban bata blanca. Mi supervisor me hizo un gesto, y habló mas que para mi, para los presentes.

-Paciente 1436, tome asiento por favor.

Me senté en una de las dos sillas, y la silla restante fué ocupada por el engominado segundos después. Miré a los doctores, que se encontraban justo frente a mi. Ellos esperaron a que el murmullo de los presentes se acallara. Entonces el mas viejo habló.

-Muy bien, paciente 1436, iré sin rodeos; ha sido convocado a esta reunión para ser informado del proyecto Adán.

-Ah, si, Eva me habló de el.

Se pusieron a cuchichear unos con otros de forma frenética. ¿Acaso había dicho algo malo? Bueno... ahora recordaba que Eva me dijo que no debía haberme hablado de ello.

-Bueno... pues en ese caso procederemos a preguntarle. ¿Estaría dispuesto a someterse voluntariamente al proyecto?

-Una pregunta antes de responder a eso... ¿Es reversible?

De nuevo todos a murmurar. Algunos incluso revisaron los papeles que tenían sobre la mesa.

-No hemos estudiado esa posibilidad pero... ¿Para que querría revertirlo? ¿No quiere volver a ser nor... como antes?

-No estoy del todo seguro... por ahora todo lo que sé sobre los sentimientos es muy confuso...

-Podemos estudiar la posibilidad de revertirlo, pero el proyecto debe empezar ahora mismo, si usted da su consentimiento, claro.

Aunque no me acababa de gustar la idea de que me devolviesen mis sentimientos, seguía sintiendo una curiosidad por saber como era... como me dijo Eva, no podía saberlo si no lo sentía por mi mismo. Todos me miraban, me mordí el labio, indeciso. Acabé asintiendo.

-Esta bien, acepto.

-Fabuloso...

-Recuperaré mis recuerdos ¿Verdad?

-Sentimos comunicarle que no será posible... los nervios fueron seccionados, no hay arreglo posible.

-... Pues nada

-Podrá comenzar una vida nueva en cualquier parte del país, o quedarse aqui si lo desea.

-Eso es algo que decidiré cuando el proyecto haya terminado.

-Siempre directo... acompáñenos, por favor.

Solo se levantaron los de la bata, entre ellos los dos viejos del primer día. Les seguí por una puerta que había al fondo de la sala, y tras cruzar varias estancias, bajamos unas escaleras. Entramos en una sala circular, que se me asemejó a un pozo, pero tenía el techo abovedado, hecho de un cristal sostenido por gruesas vigas de metal. El doctor calvo señaló hacia el techo, hablando como para si mismo.

-Ahí arriba se situarán nuestros inversores. Han contribuido generosamente al proyecto, y tienen derecho a presenciarlo y ver con sus propios ojos como se desarrolla.

Me dirigí hacia el centro de la estancia, donde había una camilla rodeada de aparatos, muy similar a los del proyecto polaris. Siguiendo las indicaciones del personal, me tumbé en la camilla, y ellos me ataron las extremidades, para evitar accidentes, me dijeron. Vi como revisaban el instrumental, y hacían los últimos preparativos. Entonces sentí una presión en el brazo, y luego un pinchazo. Miré y vi como una chica pelirroja retiraba una jeringuilla. La vista se me nublaba por momentos... ¿Eva...?
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyVie Jun 04, 2010 3:48 am

Otro alter de Esgal... XD
Capitulo 10 terminado! quizás algo corto, pero muy intenso...
______________________________
Un torrente de pensamientos me inundaba. Me sentí a punto de estallar.

Capítulo 10: Revolución

Desperté de golpe, respirando entrecotadamente y cubierto de sudor frío, como si acabase de vivir una pesadilla. Paseé la vista por mi habitación, y ví a Eva sentada en mi sillón, mirándome casi con avidez. Sentí tal torrente de energía en mi interior al reconocer su presencia, que me levanté, aún estando desnudo, y me lancé a ella, para abrazarla. Haciendo caso omiso de sus quejas, sentí un extraño impulso, y cuando quise contenerme, mis labios y los suyos ya habían hecho contacto. Me separé de ella, algo turbado.

-Eva, yo...

Me puso un dedo sobre los labios. Me eché a un lado, y sentí como me ruborizaba. Dios ¿Que me estaba pasando? Ante su gesto extrañado, fuí hacia el cuarto de baño, a darme una ducha. Me puse el agua especialmente fría, a ver si se me aclaraban las ideas. Salí completamente empapado a mi cuarto. Mi vista se fué automáticamente a Eva, que esperaba sentada en el sillón. No recordé que el suelo de mi cuarto no tenía antideslizante como el del baño, y resbalé, cayendo de culo sobre el frío suelo. Ella se levantó pronunciando mi nombre. Me levanté lo mas rápido que pude, pero ella llegó cuando me estaba incorporando y me ayudó, sosteniendome un brazo para servirme de apoyo. Me dolía la pierna derecha, con la que había resbalado, y fuí hacia mi cama para sentarme, todo esto con Eva ayudándome. Cuando mis posaderas hicieron contacto con el colchón de la cama, miré hacia delante, y mis ojos chocaron con los de ella. Desvié la mirada, sin saber que decir.

-Eva... ¿te importaría dejarme solo un minuto? Necesito pensar... un poco.

Su sonrisa perdió entusiasmo, pero me hizo caso, y salió por la puerta. Sin embargo, no escuché sus pasos. Puse los codos sobre las rodillas, y apoyé la cabeza en mis dos manos. ¿Asique eso era tener sentimientos? Sentía una energía comparable a la de una supernova. Por no hablar del hecho que... cuando pensaba en ella... se me aceleraba el pulso, y era capaz de sentir los latidos de mi corazón. Era una sensación curiosa y muy agradable. Me vestí con unos vaqueros muy anchos de color verde oscuro, y me puse una camiseta negra con un oso naranja dibujado. Me sorprendí a mi mismo ante el espejo. Mi pelo seguía despuntando, ya casi podía peinarme. Me metí al baño y me le puse de punta usando agua del grifo, y salí al pasillo, donde estaba Eva, apoyada en la pared frente a mi puerta, con una sonrisa radiante. Me situé a su lado, y comenzamos a caminar en dirección a ninguna parte. No pude contener las ganas de hablar.

-Tenías razón ¡Esto es genial! Cierto es que todo me parece un poco confuso pero... no lo cambiaría por nada en el mundo.

-Entonces parece que todo salió bien. ¿Que tienes pensado hacer ahora?

-¿Te refieres a ya mismo o en un futuro próximo?

-Ambas cosas.

-Pues... por ahora, quiero ir al gimnasio... necesito hacer algo, siento como si fuese a estallar.

-Está bien, vayamos al gimnasio.

Fuimos al gimnasio, donde pasé cerca de hora y media trabajando de forma incansable con todos los aparatos que llegué a ver. Terminé sudando a chorros, desplomado sobre una colchoneta en un rincón, con un doctor tomándome el pulso asombrado, y cogiendo anotaciones sin parar. Acabé diciéndole que se marchase cuando escuché por quinta vez su consejo del "reposo en movimiento" Me volví hacia Eva, que esperaba sentada en un banco pegado a la pared, cerca de mi. Le guiñé un ojo, sin saber muy bien por que, y ella correspondió al guiño. Me levanté, y me encaminé hacia los vestuarios, en busca de una ducha. Me lo pensé mejor; mi ropa estaba hecha un asco, ya me ducharía al llegar a mi cuarto. Fuí con Eva, que se había puesto de pie.

-Vamos a comer algo, este ejercicio me ha dado hambre... luego me gustaría visitar el parque.

Fuimos al comedor, donde comí hasta quedar hartado. Luego le pedí que fuesemos hasta el patio en el que había visto a los dos enamorados el primer día. Llegamos, el patio estaba vacío en su totalidad, solo el rumor de la fuente rompía el silencio... Avanzamos hasta el centro del patio, y nos sentamos en el reborde de piedra de la fuente. Yo me crucé de piernas sobre la roca, ella dejó las piernas colgando. La miré, y sin razón aparente, la cogí de la mano. Ella me miró. Nuestras miradas se cruzaron, los dos avanzamos, cerrando los ojos... nuestros labios se encontraron. Nos besamos apasionadamente con la fuente a nuestras espaldas. Ella, estaba enamorada de mi y yo... Bueno, parece ser que las emociones comenzaban a surgir en mi interior. Cuando por fin nos separamos, ninguno de los dos dijo ninguna palabra. Hubo un corto silencio, nos mirabamos con intensidad... y una vez mas nos besamos. Sentí en mi interior algo parecido a un volcán en erupción, y me levanté con brusquedad. Ella me miró como si le hubiese dado una bofetada.

-Perdona... es que... todavía no termino de adaptarme.

-Viola...

-Siento... algo muy poderoso... aqui dentro.

-Déjate llevar... te sentirás mejor.

-Creo que... va mas allá de la idea de besarte, Eva.

Ella tardó unos segundos en darse cuenta del sentido oculto que llevaban mis palabras. Abrió la boca de sorpresa, y se puso roja como un tomate.

-Vaya... parece que... bueno, Viola, haz lo que creas correcto...

-Creo que... me voy a dejar llevar, como tu me has sugerido. ¿Que me dices?

Estreché la distancia que nos separaba, quedando los dos casi frente con frente. Ella soltó una risita nerviosa. Yo comenzaba a sentirme... dispuesto a todo, dejémoslo ahí. Al final ella me dirigió una sonrisa provocativa.

-Bien... pero vayamos a tu cuarto.

-Sabía que no te negarías...

Fuimos hombro con hombro de vuelta a mi habitación. Cada cierta distancia, uno de los dos miraba al otro, y esta mirada desembocaba en un beso. Llegamos por fin a mi dormitorio, y mientras ella iba hacia la cama, yo cerré la puerta tras mis espaldas. Ella me miraba desde el colchón, con gesto pícaro, se iba quitando la bata poco a poco. Sonreí, me quité la camiseta, y fuí hacia ella. Lo que aquella noche ocurrió... quedará entre Eva y yo... además... soy consciente de que entre mis lectores puede haber menores...
Cuando terminamos, la dejé durmiendo sobre la cama, y fuí a mi escritorio. La dibujé, dormida y sin mas prenda que la sábana arrebujada sobre su cuerpo. El reloj de mi ordenador marcaba las tantas de la mañana, y, con una sonrisa, me fuí a dormir junto a ella.
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MensajeTema: Re: Mi historia   Mi historia EmptyJue Jun 10, 2010 2:23 am

¿Eso era el amor? Madre mía, se podía definir como una energía capaz de levantar una montaña... y una mirada de ella servía para derretirme las entrañas.

Capítulo 11: Malentendidos

Un rayo de sol que se colaba entre los resquicios de la persiana llegó a pegarme justo en un ojo. Perezoso, me removí y me tapé con la sábana. Entonces mi cerebro comenzó a funcionar. Me giré sobre mi mismo, abriendo los ojos, en busca de Eva, pero no la ví. Incorporándome de pronto sobre la cama, la busqué con la mirada por toda la habitación. No la encontré. Me levanté, y me vestí con lo primero que pillé del armario. Ni siquiera me duché, a pesar de que con la nochecita de ayer... iba bien perfumado, pero eso poco me importaba en ese momento.
Salí de mi habitación, y fuí al primer sitio que se me ocurrio: el patio de la fuente. De tantas veces, ya me sabía el camino de memoria. Iba preguntándole a todo el mundo con el que me cruzaba la misma pregunta "¿Donde está Eva?" casi con desesperación. A cada persona que me respondía con otra respuesta que no fuese su ubicación exacta, mi angustia iba creciendo. Llegué al patio, donde no había nadie, solo la fuente escupiendo agua al cielo con monotonía, y un grupito de pájaros que salieron volando cuando salí al exterior. Me senté en uno de los bancos, con la cabeza gacha. Intenté apartarla de mi mente, pero su imagen me acosaba sin cesar. Acabé gritando su nombre a los cuatro vientos, me levanté, y le di una patada al banco, que solo sirvió para hacerme daño en el pie.

Desanimado, me fuí del patio, y recorrí cada sala de las instalaciones con parsimonia, pero sin detenerme, con la vaga esperanza de encontrarme con Eva de casualidad. Pero la casualidad no estaba de mi parte aquella tarde. Volví a mi cuarto, me quité la ropa, y me fuí a duchar. Por primera vez, me quedé bajo el chorro de agua tibia durante un buen rato, en vez de limpiarme rápidamente y salir afuera. Confieso que el agua caliente le ayuda a uno a relajarse... y mucho. Salí, y me senté en mi escritorio, chorreando agua. Esperé a que se me secasen las manos, y entonces abrí mi bloc de dibujo. Me pasé un buen tiempo distrayendo mi mente de la realidad dibujando todo lo que se me pasaba por la cabeza... una pareja de enamorados abrazada en un atardecer, un hombre llorando frente a la tumba de su amada, una rosa derritiéndose, un cristal roto...

Cuando me quedé sin hojas de dibujo, me levanté, me puse ropa limpia, y salí de nuevo de mi habitación. Caminé sin rumbo, aunque esta vez no iba tan alterado como antes. Según salía de la biblioteca la ví. Iba... acompañada... del tío engominado del otro día. Ella me vió, y se detuvo. El engominado también se detuvo, la miró, y luego me miró a mi, y sonrió con sorna.
Vale, admito que quizás me pasé un poco, pero la chispa de la ira prendió en mi interior y se extendió como la pólvora. Toda la tensión de la tarde ahora servía de combustible para mover mi furia. Me acerqué a ellos, mis oidos me dijeron que eva comenzaba a decirme algo, pero poco me importaba eso ahora mismo. Cerré mi puño, y le propulsé contra su perfecta cara. Le partí las gafas, la nariz posiblemente también, y le tiré patas arriba sobre el suelo. Me giré hacia Eva, que retrocedió, visiblemente asustada.

-¿A que juegas? ¿Cada día con uno o que?

-Viola, solo es un compañero de trabajo...

-Mira, ahora no me vengas con esa, el como me ha mirado decía mas que mil palabras, no trates ahora...

-Viola, estás llevándolo todo al extremo, es solo un amigo, nada mas.

-¡¿Ah, si?! ¿Tan amigo que prefieres irte con el y dejarme a mi solo, que casi me vuelvo loco?

-Viola, lo siento... no quería...

El doctor comenzaba a incorporarse, toda su bata estaba empapada de su propia sangre, y las gafas le colgaban de una oreja, dobladas como un alambre. Balbuceó algo, y Eva corrió hacia el, y le ayudó a levantarse. Ver como se agarraba a ella hizo que la poca calma que me quedaba se disipase. Me acerqué a ellos, y aparté a Eva de un empujón. De una patada le hice tumbarse de nuevo en el suelo, y antes de que se incorporase, me senté sobre su pecho, y me lié a darle golpes movido por una rabia psicótica. Ignoré sus gritos de dolor, ignoré su sangre manchando mis nudillos, ignoré los chillidos aterrados de Eva pidiendo ayuda. Creo que le rompí el labio, y puede que incluso le disloqué la mandíbula, pero un fuerte golpe me separó de el. Me fuí a lanzar a por el doctor de nuevo, pero alguien se me echó encima, dándome una buena somanta de ostias.

Dos seguratas habían acudido a los gritos de Eva, y varios minutos despues me habían pegado tal paliza que se me habían quitado las ganas de matar al doctor, de gritar, de moverme, y casi de respirar. Tirado en el suelo, magullado y esposado, a la vez que medio aturdido, los oí interrogar a Eva y al engominado sobre mi conducta. No capté todo el sentido de la conversación, mi mente se apagaba por momentos... Me sentí alzado y transportado...
Recobré el sentido en la cama de mi habitación. Me daba vueltas la cabeza, sentía el cuerpo caliente, y casi que tenía conciencia de cada vena cuando latía mi corazón. Tenía la boca llena del sabor metálico de la sangre, y me costaba respirar. Me levanté, algo tembloroso, y apoyé la espalda sobre la pared. Pude ver a Eva sentada en el sillón de la habitación, mirándome con una mezcla de afecto y temor. Su expresión facial hizo que el arrepentimiento me golpease. Avergonzado, bajé la mirada. Sentí la imperiosa necesidad de decir algo para disculparme.

-Eva... lo siento.

-Viola...

-Esque... tanta angustia... mi soledad, todo, el verte con ese hombre... todo fué muy rápido, no pude controlarme...

-No fué culpa tuya... no debí dejarte solo...

-No es eso... sentía una angustia terrible... tengo que controlarme, o esto acabará mal.

-¿A que te refieres con lo de angustia terrible?

-Pues... me sentía muy mal al no encontrarte a mi lado... ¿Es que acaso tu no lo sentías?

-Vaya cosas preguntas... claro que si...

Algo en su tono de voz, o quizás en su mirada, me dijeron que no decía toda la verdad... sentí como la ira volvía a agolparse en mi interior, y traté de contenerla...

-Oye... perdona si parezco indiscreto, pero ¿Que hacías con aquel hombre?

-...¿Perdón?

-Si... con el de las gafas... ya me entiendes.

-Ya te lo dije, es un compañero de trabajo...

-Es curioso, en todo el tiempo que llevo aquí, nunca te había visto con el

-Son asuntos del trabajo, Viola...

-¿Asuntos tan importantes que prefieres atenderlos antes que quedarte conmigo?

No me di cuenta de que mi tono de voz iba subiendo por momentos

-Viola, es algo confidencial, tranquilizate por favor

-¡No me digas que me tranquilice! ¡Estoy harto de esta mierda, de tus evasivas, de sentirme mal al pensar que puedes marcharte, de que nadie me explique nunca nada, se no poder controlar nada...!

-Viola, no grites, me estás asustando...

-¡Que le jodan a todo esto! Por mi pueden devolverme a como estaba antes, esto es peor que ser una no-persona, es...

La puerta se abrió de golpe, y entró un segurata, alertado por las voces que estaba dando. Vaya... parecía que la seguridad se había vuelto mas estricta desde el incidente con el engomiado. Fuí a decir algo, pero la cara del vigilante me daba pocas opciones a elegir... y el cabreo que tenía encima hizo el resto. Según me venía, le pegué una patada en el vientre, que le hizo aullar de dolor. Me levanté de la cama, con los puños en alto, y vi como entraba otro vigilante por la puerta, alertado por el grito de su compañero. Quise oponer resistencia al arresto, pero ellos eran muchisimo mas fuertes que yo. Además, iban armados. Una descarga de táser que me fué a dar en la zona lumbar me hizo convulsionarme, y me caí al suelo mientras se me nublaba la vista...[b]
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