Utopia Medieval
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 Curioso momento...

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Bledo

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MensajeTema: Curioso momento...   Curioso momento... EmptyVie Jul 16, 2010 5:18 pm

Curioso es el momento en el que un enano decide dejar su casa, normalmente, si un enano deja su casa es por decisión propia, es decir, la expulsión de un enano de su casa o clan, es un evento muy raro de ver. En mi caso, lo dejé por soledad y aburrimiento. Tras la muerte de mi tío, me quedé solo en una cueva de mala muerte con dos antiguas hachas pertenecientes a mi padre, que en paz descanse bajo la dura roca.

Todo cometido tiene una meta, el mío no. Yo solo viajaba por aburrimiento, solo, tristemente solo como en la mayor parte de mi vida que aunque corta para un enano, se me empezaba a ser pesada.

Las montañas heladas no era un buen sitio para comenzar un viaje, sus altísimos y picudos picos eran mortales y el peligro de algun que otro derrumbamiento era inminente, las criaturas eran extrañas e incluso la poca vegetación que se podía encontrar podría ser motivo de tu final. Pero, por desgracia, mi loco y difunto tio, vivía aquí y aquí vivía yo.

En un principio pensé que lo mejor sería bajar un poco la loma, hacia tierra llana y alejarme lo más posible de esas malditas montañas, pero no se que demonios fue lo que se pasó por mi cabeza, que cuando me di cuenta, estaba caminando entre peligrosos precipicios y subiendo y bajando escalonadas montañas.

No esperaba encontrarme nada por allí, y lo más posible es que me estuviese cavando mi propia tumba.

Aún jamás me expliqué como lo hacía mi tio para conseguir los víveres y alimentos que traía cada semana. Solo sabía que de la noche a la mañana, la nevera estaba llena, los objetos reparados, y con suerte, alguna ropa nueva. Eso me daba esperanzas a encontrar algún tipo de poblado entre las montañas, aunque sería totalmente absurdo e ilógico, ¿de dónde sacarían alimentos y productos de primera necesidad para todo un poblado, dentro de las montañas heladas?... Estaba empezando a delirar, creía que el tiempo con mi tio me había trastocado la cabeza de la misma forma que el la tenía.

Tanto tiempo pensando desviaba mi mente del camino, y no era extraño alzar la vista y no saber donde estaba, mis pies me llevaban pero ni ellos sabian a donde. Estaba perdido. Empezé a perder las esperanzas e incluso notaba temores en mi mente, así que me dediqué a bajar, y bajar, con la simple intención de encontrar algo de vida lejos de la solitaria muerte que había en las alturas. El camino erá escarpado, y las rocas afiladas y puntiagudas, lugar que ni las cabras se aventurarían a pasar por el miedo de esos cuchillos de hielo y roca.

Los cortes ya no dolían, y el cuerpo ya casi ni sangraba por la costumbre, pero el temor a no hallarme psiquica y geográficamente hacía que mi cuerpo bajase traspasando los fastidiosos terrenos.

De repente, un viento feroz pasó por la ladera, arrasando con muchos de los puntiagudos picos de las rocas, por lo tanto, tube que escudarme contra una roca cantada, que no me salvó de mi destino. El viento había desiquilibrado algun soporte importante de la montaña, así que eso provocó un derrumbamiento. Las rocas enormes incluso para un orco, caían en avalancha y solo pude quedarme quieto, lo más resguardado posible rezando a los dioses para que no me cayese ninguna encima... de nada sirvió. Una roca del tamaño de un humano esbelto arremetió contra mis espaldas, haciendo que la tuviese que acompañar hacia el vacio... perdí el conocimiento.
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