Utopia Medieval
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 El mercader y su hija (privada)

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Demian

Demian


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MensajeTema: El mercader y su hija (privada)   El mercader y su hija (privada) EmptySáb Ago 07, 2010 8:37 am

James era un hombre que usualmente tenía una sonrisa agradable en el rostro y voz amable, pero en ese momento no era esa la imagen que mostraba, al contrario, su tez se veía demacrada y cansada, con ojos casi desencajados y la jadeante respiración no permitía sonrisa alguna. El pobre hombre había estado por horas buscando a alguien que le hiciera un trabajo. En su mano portaba una pintura en que se veía una chica de unos 15 años, sentada en una silla, con un hermoso vestido y algunas flores alrededor. Las vestimentas del sujeto daban a entender que disponía de bastantes recursos económicos, aún cuando en ese momento estaban sucias y desabrochadas en algunas partes, además de descuidadas.

Las personas le evitaban, aunque en ese momento ya casi nadie quedaba por ese camino. Finalmente llegó a una calle en donde sólo 3 personas se encontraban, una de las cuales era sólo un niño.

- ¿Algún mercenario?, ¿algún aventurero?, necesito uno o más valientes dispuestos a rescatar a mi pobre hija, estoy dispuesto a pagar bien, soy un exitoso mercader, necesito ayuda – trataba de vociferar, pero las horas gritando le habían quitado fuerza a su voz.

--------------------

La noche había caído hace una hora, pero un niño caminaba aún por las calles, despreocupado, casi con un aire de inocencia, si no fuera por el hecho de que, en realidad, pensaba en dónde obtener una nueva víctima para asesinar. La mirada era fría, el andar pausado, casi lo único que se oía era el roce de cadenas, ya que los pies descalzos no hacían ruido al caminar. El hombre casi pasa de largo junto al niño, si no hubiera sido porque éste le hizo un gesto de que se detuviera.

- Señor, ¿qué es exactamente lo que quiere? – preguntó el chico poniendo una forzada mirada comprensiva, mientras en su interior esperaba encontrar en aquella propuesta alguna oportunidad de ver algo de sangre antes de ir a dormir.

- Lo siento niño, pero estas son cosas de adulto, necesito un mercenario para que rescate a mi hija, pero esas no son cosas en que puedas ayudarme – contestó el hombre, disponiéndose a continuar, pero entonces una espada se posó velozmente sobre su cuello.

- Lo que sea que necesites puedes encontrarlo en mí, no te fíes de mi tamaño, porque puedo ser efectivo a la hora de hacer un trabajo y no parece haberte ido muy bien buscando los valientes que vociferas, en cambio, si la paga es buena como dices, puedo ser tu hombre – la cara del niño era diferente, pero seguía mostrando amabilidad y comprensión, aunque sus palabras eran algo duras.

- Perdón por asustarlo, pero quería dejarle en claro mis aptitudes – prosiguió el chico retirando la espada y volviendo a su actitud amable - ahora, por favor, explique un poco más de lo que requiere

El hombre se dispuso a contarle al pequeño su problemática, pero en ese momento se percató de la presencia de otros 2 sujetos en la escena. Los miró un momento a la espera de sus reacciones.



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Durtal Eolim

Durtal Eolim


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MensajeTema: Re: El mercader y su hija (privada)   El mercader y su hija (privada) EmptyDom Ago 08, 2010 7:57 am

La noche era cerrada, no demasiado oscura pese a la falta de luna, pues el sol había caído hacia poco y aun despuntaban algunos rayos entre las casas del lugar, un joven caminaba callejeando por el lugar, a pecho descubierto y únicamente cubierto por uno pantalones que se sostenían gracias a un cinturón que se antojaba de elevado precio, caminaba con la cabeza alta y la cara oculta tras una mascara de acero, en la mejilla derecha de esta mascara había grabada una “J” que el muchacho repasaba un otra vez con los dedos, pero de repente tuvo que llevarse las manos a la cabeza, pues al desaparecer los últimos rayos de luz solar la oscuridad de cernió sobre toda la ciudad, pero al joven del pecho descubierto pareció afectarle mas que nadie.

Con una enorme jaqueca caminó varios metros, casi había perdido ya el sentido cuando escuchó la voz de un hombre, de normal lo hubiera ignorado, pero el hombre mencionó bastante preocupado la urgencia que le incurría en encontrar mercenarios para salvar a su hija, salvar a una dama...Eso alejó el temible dolor de la cabeza Durtal, así que se acercó dispuesto a ofrecerle su ayuda, pero al estar mas cerca pudo distinguir una segunda figura al lado del hombre, un niño, sin duda alguna rió entre dientes se acercó todavía más, con paso seguro, pasó por al lado del niño y le dirigió una mirada por encima del hombro, se puso delante el hombre y con una ligera reverencia se presentó-Mi nombre es Durtal E...-Paró de repente su presentación sabia lo que ocurriría si terminaba de decir su apellido, los detalles de la escamosa muerte de su padre habían llegado a casi todos los rincones del mundo, si decía su apellido se arriesgaba a que el hombre se negase a aceptar sus servicios,servicios que obviamente ofrecería de forma gratuita, pues con salvar a la susodicha hija le bastaba
-Olvidemos el como me llamo yo y decidme, ¿Qué os acontece a vos? ¿Podría un servidor ofrecerle su humilde ayuda manera desinteresada?-Dicho esto miró nuevamente al niño y le preguntó
-Pequeño ¿Que haces en la calle a estas horas? Es harto peligroso para alguien de tu edad caminar solo por la oscuridad de la noche, dicen que se han visto vampiros por la zona- Durtal apenas podía ver nada por culpa de la densa oscuridad que había en el lugar, pero cuando posó su mano derecha sobre el hombro del niño noto el frió tacto del acero, paseó su mano sobre este y reconoció la forma de una enorme cadena, que por lo que alcanzaba a saber le cubría los hombros al pequeño.

Se dispuso a entablar conversación con el crió cuando noto como una silueta se movía en la oscuridad, no sabia lo que era, así que se puso en posición de combate sin sacar la garra de su sitió y espero el primer movimiento por parte de la negra silueta, que ahora había perdido de vista, como era normal con aquella oscuridad en el lugar.
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Damon Fells

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MensajeTema: Re: El mercader y su hija (privada)   El mercader y su hija (privada) EmptyMiér Ago 11, 2010 2:30 am

** La oscuridad de la noche comenzaba a hacerse cargo de la ciudad, y entre sus interminables calles una figura salía de una edificación de tamaño considerable, una especie de hostería donde se había hospedado durante el día para escapar a los rayos de su mayor rival el sol. Pretensiones infinitas eran las que perseguía aquel caballero de la noche quien deseaba con ferviente anhelo superar a el astro de fuego que regia los cielos durante el día, quizás era por aquella razón que durante el día , escondido en sus refugios era preso de una ira muy grande que le llevaba a sumirse en los mas variados hobby para poder despejar su mente, mujeres, alcohol, sangre y su comportamiento juvenil y divertido hacían de los días que pasaba en aquellas prisiones mas entretenidos para el.

Aun así no existía verdadero instinto asesino en su vida rutinaria, ni siquiera a aquella bella mujer pelirroja que había logrado dominar y de la que se había alimentado ya varias veces en el día le generaba el deseo de muerte, aun mas, la recompensaría ya que al irse el ella recordaría haber tenido una hermosa velada y inclusive Damon le dejaría una cantidad interesante de dinero en pago por los servicios que el había aprovechado de ella.

Fue por esto que en su salida de aquel hostal la mujer lo saludaba de manera airosa y feliz y le recomendaba volver por allí si su camino pasaba cerca de aquel pueblo en un futuro. Damon no respondía nada y su sonrisa era la simple muestra del estado de ánimo que le acompañaba en aquel nuevo comienzo de la noche, de su verdadera vida. Su vestimenta era más nueva, había agarrado algunas cosas del guardarropa quizás del hombre de la casa. Vestía unos pantalones marrones oscuros, una camisa blanca con leves volados en su pecho utilizada comúnmente por clases altas, sobre esto llevaba un chaleco de cuero negro que hacia juego con sus zapatos del mismo color. En la cintura del pantalón colgaban en sus fundas las dos dagas cruzadas y todo esto tapado por una capa de color negro que le cubría toda la espalda y se ataba a la altura de su cuello.

Mientras sus pasos le hacían vagar por las solitarias calles pudo observar algo que llamo su atención, unas palabras que si bien no estaba tan cerca como para escucharlas con claridad estas llegaron a sus oídos de todos modos debido a la cualidad vampiresca de tener mas agudizados los sentidos. Fue así que Damon se acerco como una sombra hasta el grupo recién reunido, mas lo hizo con sigilo y camuflándose entre las sombras de los edificios y el sonido de las brisas que cada tanto recorrían las calles de aquella área del mundo.

Cuando estuvo cerca se coloco detrás del hombre que pedía ayuda y apoyo su mano derecha sobre el, quizás sobresaltándolo mas era esa en parte su intención, le paresia divertido asustar un poco a ciertos humanos y la reacción que ellos tenían. Cuando el hombre se giro a verlo Damon simplemente le sonrío de manera casi amable y dijo con su voz servicial y tranquila.

-- No eh podido evitar oír sus falencias anciano... resulta ser que un valiente viajero como yo no puede hacer oídos sordos a una petición así... simplemente me gustaría oír mas detalles al respecto... --

Dijo, luego de esto giro su rostro y observo que junto al anciano habían dos personas, un niño y un hombre mas adulto, los observo y su sonrisa se dirigió a cada uno de ellos, a diferencia de los hombres adultos de la época el sabia que cualquiera podía ser fuerte y cualquiera seria capaz de esconder secretos interesantes por lo que no le importaba compartir la misión con cualquier ser, aun un niño, seria interesante de echo ver si tenia aptitudes en el campo de batalla.

-- Damon Fells, explorador vagabundo oriundo de las tierras del norte donde la valentía y la pasión por el jolgorio son una marca de personalidad para servirles... --

Dijo realizando una leve reverencia hacia las tres personas, su tranquilidad era inminente, no temía a absolutamente nada, ni siquiera a la muerte, no por que hubiera abandonado sus deseos de estar vivo sino para poder recordar todos los sentimientos que tenia durante vida y quizás así entender por que había sido condenado a vivir en eterna soledad. **
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Demian

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MensajeTema: Re: El mercader y su hija (privada)   El mercader y su hija (privada) EmptyMiér Ago 11, 2010 5:15 am

En la escena había aparecido un sujeto enmascarado, cosa bastante extraña. Era un hombre que llamaba mucho la atención, su máscara, sus uñas, su pecho desnudo, aquellas armas, la larga cabellera... El niño se preguntó si no sería algún tipo de artista circense, pero el cuerpo más parecía el de un luchador que el de un trapecista, por los gruesos hombros. Lo examinó con la vista mientras éste se presentaba, pero algo le hizo detener su examen físico y poner más atención a lo que decía, el hombre había cortado bruscamente la presentación de su nombre.

Algo no andaba bien, algún motivo debía tener aquel hombre… Durtal E… para ocultar su nombre, ¿sería algún crímen?, ¿un grave pecado?, ¿un asesinato?, el chico deseó que así fuera, lo deseó con todas sus fuerzas, casi se hubiera puesto a gritar porque así fuera, pero su rostro permanecía impávido, sólo mostrando aquella amabilidad que tan bien sabía lucir. Repitió el nombre una y otra vez en su cabeza, si escuchaba de alguien con ese nombre que hubiera cometido un crimen ya tenía una nueva víctima. Algo le decía que ya había oído el nombre antes, pero no estaba seguro, de momento no tenía motivo alguno por el cual acusar al hombre, de modo que la misión cobraba prioridad.

El hombre se ofreció para la tarea y luego le habló sobre el peligro de las calles.

- No se preocupe por mí, señor, le aseguro que puedo defenderme bastante bien solo, aunque no me molestaría hacer la misión a su lado, si me lo permite, se puede ver que es un hombre fuerte, de seguro estaré más seguro a su lado – dijo el niño exagerando un poco su amabilidad, siempre con una sonrisa en el rostro, una sonrisa que cualquiera asociaría directamente a su edad.

Fue entonces que entró en escena un vampiro, por detrás del mercader, el cual no se molestó en hablar con los presentes, sino que de plano se ofreció para la misión, aunque los observó unos momentos.

- De seguro los 3 podremos hacer una buena labor, ¿no lo creen así? – agregó el niño.


Samuel, el mercader, no pudo entonces sino acceder a que aquel extraño grupo de personas le ayudara, después de todo llevaba horas buscando una mano y ahora de pronto tenía 3, independiente del tamaño de cada una de ellas.

- No es de mi agrado dejar que un niño corra peligro, pero supongo que si se trata de salvar a mi hija todo vale. Bueno, les cuento, esta chica que ven acá es mi hija, aunque este cuadro fue pintado hace poco más de un año – el hombre mostró el cuadro – ahora lleva el cabello un poco más largo y es un poco más grande. Ella… ella… – al hombre le costó agregar lo siguiente, pues en sus ojos comenzaron a correr gruesas lágrimas y su voz temblaba – ella fue raptada, no quiero pensar en las cosas horribles que puedan querer hacer con ella, pero no han querido nada de mis pertenencias, simplemente se la raptaron y estoy desesperado… lo único que pude ver fue que quien la raptaba llevaba el símbolo de la familia Abaloni. El único miembro de esa familia vive en una mansión al norte de la ciudad, es una vivienda oscura, siniestra, se dice incluso que el señor Abaloni es un… es un… vampiro – el hombre se puso a sollozar mientras mostraba la imagen de su hija – Sálvenla, por favor tráiganla de vuelta conmigo -


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Durtal Eolim

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MensajeTema: Re: El mercader y su hija (privada)   El mercader y su hija (privada) EmptyDom Ago 15, 2010 8:04 pm

-Abaloni- Repitió Durtal como si fuese incapaz de pensar en otra cosa, ese nombre le era conocido, su padre, mejor dicho “El desgraciado perro de su padre”, como lo apodaba Durtal, había tratado con esa familia, Durtal había visto al jefe de la familia en mas de una ocasión, y este a él y a sus hermanas, incluso había intentado secuestrar a Lorelein en la ausencia de su padre, envió a un pequeño escuadrón de mercenarios que nada pudieron hacer frente al brillante maestro de Durtal, que los despachó en apenas minutos en una demostración magistral de fuerza y concentración a la par que le decía a su alumno en una lluvia de sangre que el mismo había provocado-¿Ves pequeño? Así es como jamas debe de actuar un buen hombre, recuerda siempre que tus batallas no pueden librarlas otros-

Durtal era conocedor de los vicios de aquel hombre y así lo hizo saber-¿Cuanto hace que la raptaron? Si fue hace poco uno le abra puesto una mano encima...-Paró un momento sus palabras.

La vena de su cuello comenzaba a hincharse de la rabia que por dentro le corrompía, ese maldito Abaloni tuvo la osadía de ponerle la mano encima a su hermana Lorelein por que esta se negara a concederle sexo con tan solo 12 años. Continuó con su pequeña muestra de los privilegios informativos que podía tener haberse criado en la nobleza-Infiltrarnos en su casa no sera difícil para mi ni para el crió- Continuó en un tono frío y que indicaba que tenia alguna cuenta pendiente desde hacia años que pensaba saldar muy pronto-Pero el vampiro...A no ser que se haga pasar por mi criado no podrá entrar en esa casa...-Pausó un momento para coger aire-Al menos no sin derramamiento de sangre-Añadió mirando a la sombra que suponía que era el vampiro.

-Explayaré más mi plan para que todo quede aclarado- Dijo acercándose un poco más al señor que portaba el bello retrato y quitándose la mascara para dejar ver su rostro-El niño podrá entrar conmigo por la puerta principal de la casa, es señor Abaloni reconocerá el símbolo de mi familia que aun conservo en la carta que llevo conmigo, puedo fingir que es mi hijo, que es una visita de negocios, eso nos dará unos días de hospedaje en su casa, tiempo mas que suficiente para buscar a su hija señor James. Pero como ya dije si el vampiro quiere entrar por las buenas debemos viajar de noche y tendría que hacerse pasar por mi criado personal, una vez dentro, que cada cual actúe a su estilo yo personalmente zanjare una pequeña cuenta pendiente que tengo con el señor Abaloni-


Explicado su plan esperaba ahora las cavilaciones de sus muy posibles camaradas de rescate. Aunque quizás las noticias hubieran llegado mas lejos de lo que al joven muchacho le hubiese gustado.


Apoyó su espalda desnuda contra la pared mas cercana a su posición y esperó las respuestas
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