Una segunda oportunidad

Volaba a gran velocidad. Ary se giro, tratando de encontrar a sus seguidores. La chica serpenteo sobre el aire, atravesando un par de nubes bajo la luna. Abajo, el bosque fronterizo, un tanto oscuro y siniestro. Más eso no era de su ocupación ahora.

-Diosa…. –

Murmuro, al sentir un golpe de lado que la desequilibro unos segundos, era uno de aquellos hombres cuyos rostros iban cubiertos por mascaras de agilas. Se agito, intentando quitárselo de encima, este le sujetaba fuertemente de un ala y tiraba. Ella grito, mordiendo el brazo de su captor, este le soltó, arrojándole directo al suelo.
Sintió un fuerte dolor en el nacimiento del ala, bajando directamente en diagonal. Se alcanzo a cubrir el rostro cuando se estrello contra los arboles, la velocidad de la caída fue suficiente para penetrar en aquellas ramas tupidas de hojas. Ary rodo varios metros al llegar al suelo, hasta detenerse con un tronco grueso.

Sus ojos estuvieron cerrados durante un rato. No supo que fue de si, y aquel golpe que se dio contra ese árbol seco, fue suficiente para abrir una herida sobre su frente. Sus manos, aun cubriendo su rostro tenían múltiples raspones, al igual que sus piernas.
Abrió los ojos de pronto, asustada y confundida… estaba sobre un manto verdoso. Vino a caer en una zona donde había demasiadas ramas o raíces en el suelo… se intento poner de pie, apoyándose en sus brazos, fue cuando pudo distinguir bien que era aquello. Dio un grito, asustada, cayendo de sentón. Avanzo hacia atrás varios metros, arrastrándose en medio de aquel musgo pútrido, observando para su horror, huesos. Huesos de brazos, piernas, cráneos y de todo tipo. Ary estaba asustada, y confundida.

Trato de calmarse. ¿Dónde estaba? Y… la pregunta más importante ¿Cómo llego ahí? ¿Quién era? Ary callo en cuenta de que, no recordaba su propio nombre. Era como si todo se hubiere borrado de su mente y eso le desespero. Cuando pudo ponerse de pie, dio varios giros desesperada. Se mordió el labio inferior, cuando sintió un dolor punzante en la frente. Se llevo la mano al sitio, dándose cuenta de que ahí había una herida que sangraba. Se rasco la nuca mirando a su alrededor.

Traía un bolso… y encontró luego su lanza. Supuso que eran de ella pues ¿Cuántos mas seres vivos había ahí? Rebusco y llevaba un papel amarillento, arrugado, que no supo leer –olvido como hacerlo- y un cuaderno con letras finas que tampoco pudo interpretar… y un espejo. Este se había partido en dos, y ahora podía verse.

Era linda… y tenía dos alas en la espalda. Seguramente era de esos seres que volaban. La joven sonrió, intentando abrir las alas, sintiendo un dolor punzante. No supo su origen, pero al intentar verla, se dio cuenta de que algo había intentado arrancarle el ala. Bien, no volaría por un tiempo, tenía que sanarse.

Levanto la vista, uno que otro rayo de luz de Deoír atravesaba por los huecos que había abierto. Para su suerte, el sitio donde callo le ocultaba de vistas aéreas. Suspiro, avanzando entre la densidad de aquel sitio, apartando varias hojas, sosteniendo su lanza con fuerza. Tenía miedo de que alguna creatura fuera a lastimarle… y es que aquel sitio era tan perturbador y oscuro. ¿Y si era donde vivía?

Logro escuchar, a no mucha distancia un ruido de un rio. El agua! No tenia que ser genio para saber que un rio era una fuente de salvación para ella en esos momentos. Corrió, mas aprisa, rasgando sin querer la piel de su rostro, en un rasguño que cruzo su mejilla. Aun así, logro ver el agua oscurecida por la noche, que pronto finalizaría. Se arrodillo en la orilla, tomando agua, para limpiar su rostro. Fue entonces cuando alzo la vista hacia la luna, y suspiro, murmurando.

-estoy pérdida…-

Aun refrescaba su cara, cuando escucho un chapoteo. De pronto, alguien se levanto del agua, provocando que Ary se exaltara, saltando hacia atrás, dando un gritito. De pronto, aquel ser comenzó a toser, lucia un tanto perdido y confundido. Ary supo que se trataba de algún pobre ser asustado, así que dejando su lanza a un lado, corrió a socorrerle.

-¡pero pobre de ti! ¿Qué es lo que te ha pasado?-

El pareció levantar algo del suelo. Ella no supo exactamente que fue, (ni siquiera estaba segura de que fuera hombre) logro llegar hasta el al tiempo que se acercaba también. Parecía que se encontraba mejor, Ary tomo parte de su falda –un tanto sucia, mojada y rota- y arranco un trozo de la parte que el agua no había tocado, a fin de secar la cara del desconocido. Ahora podía decir que era hombre, puesto que su voz lo delataba.

-pobre de ti… déjame ayudarte! Ven, vamos a la orilla. No se donde estamos… pero… bueno, mejor dos que uno solo ¿no?-

Tomando suavemente una de las manos de aquel ser, observando sus cuernos y su visión de distinto color, más no dijo nada, solo sonrió, apurándose a llevarlo a la orilla. Le obligo –y es que le empujo suavemente- a sentarse sobre una roca, mirándole curiosa. Con el trozo de falda que había arrancado, limpio el agua de su rostro, suspirando. Casi no daba tiempo a que Thanatos reaccionara, pues sus movimientos eran veloces y gráciles… iguales que los de una niña pequeña que encuentra a un animal herido. Apurada, queriendo ayudarle a el a pesar de sus propios rasguños, se mordió el labio inferior, hablando.

-es una lastima que no tengo algo mas para secarte. ¿Cómo llegaste aquí? Es un sitio raro y oscuro… lo se porque, hay huesos de gente en el piso. Pero, eso no importa… soy…-

Se quedo pensando. ¿Quién era? Se rasco la nuca, mordiéndose el labio inferior, intentando recordar su nombre. Sin darse cuenta, miraba hacia el cielo, obligando a su cerebro a pensar, dando vueltas alrededor del Szvit, quedando de pie justo donde el le daba la espalda. Logro recordarlo después de unos segundos, girándose, con una sonrisa abierta en el rostro.

-A ¡ya lo recordé! Soy… oye… ¿Qué raza eres? Los de su raza tienen… cosas clavadas en la espalda?–

Pregunto con un tono inocente, señalando la espalda del joven, donde tenia la espina clavada. Dio un paso hacia atrás, ladeando la cabeza, un poco confundida. Apenas recordaba que eran los icarios y, ahora, aparecía un hombre con cuernos y espina en la espalda. ¿Acaso esa era un arma? O… quizá estaba herido, eso le asusto mas, por lo que saco rápidamente los dos espejos de su bolso –probablemente se rompieron al caer- y le dio uno a Muse, con evidente preocupación.

-escucha… mira, intenta levantar el espejo. Tienes algo ahí… si quieres lo puedo sacar, pero tienes que decírmelo primero-

Y tratando de colocar el otro espejo en el Angulo indicado, buscaba que el pudiera ver la enorme espina clavada en su espalda, de la cual, chorreaba una mezcla de sangre y agua. Probablemente la piel aun seguía dormida, puesto que el veneno poseía tal propiedad. Ary lucia preocupada, actuaba como si Muse fuera un amigo de toda la vida.

Cuando Ary le enseño aquella aguja clavada, el evidentemente entro en pánico. Tenía cola… ¡cola! Pero que raro era este sujeto. Aun así, lucia gracioso intentando alcanzarse la espina, mas ella trato de ayudarle, durante unos momentos, tanto Muse como Ary daban vueltas en círculos, ella siguiéndolo con las manos en alto, intentando detenerle y el en pánico, de pronto, dio un grito frustrado que hizo que ella diera un paso atrás. Suspiro, colocándose las manos en la cintura, frustrada. Siguiéndolo, no se detendría.

Lo mejor que se le ocurrió, fue… tomar una roca no muy grande y lanzarla a la cabeza del Szvit, mirándole con autoridad. La otra mano sobre la cintura, se acerco a el, la pedrada solo fue para atraer su atención.

-oye! Quédate quieto y te quitare esa cosa…-

Dijo al momento en que tomaba el rostro de Muse con ambas manos y le obligaba a mirarle a los ojos. Ella le sonrió, intentando calmarle, para luego, ir a su espalda y mirarle. Eran casi del mismo tamaño por lo que pudo ver bien aquella espina. La observo unos segundos, llevándose la mano derecha a la barbilla. Ladeo la cabeza, mordiéndose el labio inferior, intentando ver que se podía hacer.

-Sip… tendré que sacarla con las manos… no te mueva solamente, o te dolerá… aunque aun no entiendo porque no te duele en estos momentos…-

Se acerco a el, acariciando la piel donde la espina estaba clavada, con la yema de sus dedos. Luego, gracias a sus uñas, logro tomar la orilla de aquel objeto. Suspiro, comenzando a sacarlo lentamente. La sangre broto de aquella herida una vez la espina surgió, era un tanto grande, mas chica que una estaca, pero mas grande que una rama normal.

-no se te ocurra moverte… -

Murmuro, tomando ahora un trozo de su blusa. Tenían que conseguir algunas vendas, o a este paso, quedaría desnuda. Fue al rio, mojando el trozo de tela, para luego ir hacia el Szvit y colocarlo sobre la herida, limpiando la sangre que fluía, haciendo un poco de presión, tal vez, así pararía la hemorragia.

-por cierto… ¿Cómo te llamas? ¿Qué raza eres?-

Se detuvo por suerte, y Ary pudo quitar la espina. Aunque no espero realmente que le doliera, ella le miro, en pánico, sabiendo lo que el pobre chico debía estar pasando. Se sintió un tanto frustrada al saber que no podía hacer nada, no tenía plantas curativas, medicinas o… nada.

El dijo su nombre, Thanatos Di Muse. Interesante. Un Szvit… avernus. Ya, había escuchado de esas creaturas. Ary sonrió, eran tan distintos, eso seria interesante. Ella hija del cielo, el, de la oscura tierra. Por ultimo, terminado de limpiar aquella herida, presionando unos momentos hasta que dejo de sangrar, se sentó frente al, no sin antes hacer una suave reverencia, sonriendo.

Coloco la cabeza entre sus manos, ladeando la mirada, observando atenta al Szvit, bostezando. Levanto la vista, el cielo se pintaba de colores anaranjados y rojizos, las copas de los arboles lucían menos amenazantes. Cerró los ojos, suspirando profundo, el aroma del bosque no era tan lindo como lo imagino, pero, era aire puro al fin y al cabo.

-yo… yo soy… ammm… creí haberlo recordado… ammm… ¿de que tengo cara? ¿Qué nombre me pondrías? Dime como quieras, no importa… –

Pregunto, ladeando la cabeza, sin tener idea de cómo se llamaba. Sonrió, intentando excusarse, señalo la herida en la cabeza, moviendo el hala izquierda –la que no tenia herida en su nacimiento- mientras sacudía su cabello

-creo que me golpee la cabeza y… la verdad es que poca idea tengo de quien soy. Se que soy una icaria… esas que vuelan por los aires. Pero tampoco puedo volar… me lastime un ala. Yo… esto… perdón que te pregunte, tal vez no es mi asunto pero… ¿Cómo llegaste aquí?-

Mientras ambos parecían estar “conversando” (meras presentaciones solamente) alguien los observaba, mientras tanto, saco la púa de su bolso –la había puesto ahí, solo por no tener otro sitio donde colocarla- observándola atenta. Era curioso, nunca había visto… bueno, no recordaba un objeto así. Levanto la vista a Muse, ofreciéndole el objeto, a fin de que lo tomara entre sus manos, tal vez el sabría que era.

Ary levanto la vista unos segundos, hacia los arbustos detrás de Muse. Era… como si alguien le observara, mas no tenia idea de que. Tal vez solo eran figuraciones suyas….

El hizo también una reverencia, aunque se vio un tanto mas falso. Ary se pregunto si estaba lastimado de la espalda o tal vez no sabia como hacer una reverencia. Se encogió de hombros, levantando los brazos, estirándose. Estaba un tanto cansada. En aquel ambiente de calma, donde las aves de la mañana iniciaban su cantico, la chica no se imagino que su vida cambiaria tanto. Bueno, ni siquiera recordaba su vida. Por el momento, esa joven con alas de ángel se limito a sonreír, escuchando lo que el Szvit tenia por decir, observando sus movimientos, como si aprendiera de el.

El hizo ademan de moverse hacia uno de los pañuelos improvisados que quedaron por ahí cuando ella le ayudo, mas de pronto se detuvo. Ary ladeo la cabeza, sonriéndole, sin entender que paso, mas no le importo demasiado, Muse no representaba demasiado para ella…aun.

El dijo que tenia cara de… ¿Joshua? Quizá el nombre no le haría gracia, bueno, tenia razón. Ese era un nombre de chico… ¿no? Ella suspiro, llevándose la mano a la nuca, pensando. Entonces sonrió de forma encantada. Miro a Muse, y, triunfalmente murmuro.

-Entonces, dime… Joshy. Tengo cara de Joshy… ¿no crees?-

Tomo el espejo que Muse había dejado en el suelo cuando se levanto espantado, mirándose en el. Se observo unos segundos, lucia despeinada, su rostro lastimado por aquel golpe en la frente Estaba hecha un desastre, no tenia que tener memoria para eso. Intento acomodarse el cabello como mejor le pareció, no logrando mucho. Suspiro, dejando el trozo roto en su bolso, mordiéndose el labio inferior.

Antes de que ella dijera nada, volvió a escuchar aquel ruidito que le inquietaba. Comenzaba a impacientarse, preocupada. ¿Y si era un animal herido? o quizá, otro ser como Muse. ¿Había mas hombres parecidos a el en el bosque? Tal vez estaba en un bosque donde Vivian muchos Szvit… El pregunto que pasaba, colocando la mano sobre su corazón. Ary se puso de pie, acercándose a el, mientras colocaba la palma de su mano sobre la de Muse, preocupada.

-¿te sientes bien? Yo… me parece que hay algo ahí… no se que sea… pero, puede que este herido…-

Murmuro, en voz baja, solo para Muse. Ary era así, en estos momentos, se preocupaba por todo y todos. Realmente no le pasaba por la cabeza que alguien quisiera hacerle daño, ni siquiera aquellos seres que volaban por sobre el bosque, buscándola. Para suerte de Muse y la joven Ary, estaban demasiado ocultos como para poder ser vistos. El bosque fronterizo y su ambiente hostil, les era de ayuda. La icaria sonrió, intentando mostrarse amistosa.

Ella le miro unos segundos antes de que Muse preguntara si había alguien ahí. Para ella podía ser alguien amable o herido. Nada se escucho, Ary supuso que seria algún simple vientecillo… pero no. Dio un paso hacia atrás, entre asustada e intrigada cuando vio dos cuernos enormes aparecer de entre las hiervas. Trago saliva, mirando la bestia que comenzaba a salir, muy peluda y alta.

Ary levanto la vista, abriendo los ojos grandes, era un ser de cuello y cara parecidos a un caballo y cuernos de alce. El se alejo de la bestia, mas ella solamente sonrió. ¡Era tan abrazable! No se acerco, el instinto de supervivencia le indico que primero debía esperar a que el ser no fuera muy peligroso, puesto que, algunas creaturas cuando se sienten amenazadas hacen daño… ¿o no?

La bestia hablo. Dijo que no debían desesperarse y que no querían lastimarles o importunarlos. Solamente le habían llamado la atención. Ary sonrió, haciendo una reverencia a la creatura, había que ser educada. Mas no hablo, era obvio que el se dirigía al Szvit preguntando sobre la púa. Ary estaba ansiosa por responder, poco le falto para levantar la mano y decir “yo! Yo! Yo se!” mas se contuvo.

La creatura se acerco más, y Ary no se movió, solo la observaba con ojos brillantes, escuchando la conversación. ¿Un templo? ¿Un humano? La mano en el pecho… podía ser cualquier cosa ¿no? Mas Muse pareció hostil. Ary se acerco a el, dándole un golpecito en el brazo con el dorso de su mano, mirándole con un poco de reproche.

Ary: -Muse! Esta siendo amable, no hay porque mostrarse mal educado con el señor…-

Bestia: Llámame solamente Oel, jovencita icaria.

La bestia dijo que esa cosa podía tener… ¡Veneno! Si era así, Muse podría estar en grave peligro. Ary avanzo hacia la creatura con evidente expresión de preocupación, estaba apurada, si esa cosa tenia veneno, obviamente haría daño a su nuevo amigo.

Ary: yo soy Joshy, un gusto señor Oel… pero… pero si es veneno… ¿no haría daño a Muse?-

La creatura hizo un ademan para que ella se acercara, asintiendo. Coloco la mano sobre el hombro de la chica, mirándole con la misma consternación, observando la púa. Ary sintió la mano peluda sobre parte de su piel desnuda, y pudo saber que la bestia no tenía intenciones de dañarla porque incluso, cuidaba el peso de sus dedos. El ser comenzó a hablar.

Oel: Escuchen bien con atención, pequeños y delgados seres. Eso que tienen ahí, mi nariz me lo dice bien, es veneno de Eaestreon, un potente veneno que fue creado hace siglos atrás por los mismos ancestros de mi raza. No se exactamente como fue a caer en manos humanas… pero así fue, por desgracia. Lo llamamos “la serpiente invisible” porque envenena lentamente, sin que el herido se de cuenta. Hay una cura… pero es muy difícil de conseguir. Y, por desgracia, la cura no es nuestra creación… escúchenme bien, porque, tendrán que conseguir los ingredientes antes exactamente de que el sol salga por sexta vez en el horizonte… o me temo, amigo mío, que habrás muerto en ese momento.-

Su voz se escuchaba calmada, sin prisas. Hablo durante un largo rato, sin impaciencias. Como si el tuviera todo el tiempo del mundo… acaricio la cabeza de la icaria, sonriéndole suavemente, tratando de calmarle. Era obvio que, conforme la chica escuchaba aquellas palabras entraba en pánico. 6 días, cura difícil de hallar… veneno mortal. Ella lanzo una mirada a Muse, asustada.

Oel: Sera mejor que tengan buena memoria o sepan escribir… Ese veneno funciona en 6 días, el primer día, y probablemente es hoy, tu amigo estará sintiendo que su corazón va mucho mas rápido de lo normal… eso duele, por el momento, su cansancio es poco, mas para el día de mañana, el segundo día, sus cansancios serán mayores y su pecho dolerá de cuando en cuando. El tercer día, comenzara con desmayos… su avance se hará lento y su corazón tendrá mas problemas. El cuarto día… los desmayos aumentaran y quinto poco podrá hacer. Si llega al sexto y esto, escúchenme bien… simplemente su corazón dejara de latir.

Ary se separo de la bestia, yendo hacia Muse, apoyando las manos sobre sus hombros, le miro, el Szvit pudo sentir un suave temblor en las manos suaves de la joven, señal de que tenia evidente apuro por encontrar el antídoto, por ayudar a Muse, por no dejar que muriera. No importaba nada mas en estos momentos –además, de que… bueno, el era el único ser vivo que podía ser amigo en esos momentos. Ary sintió el deber, de ayudarle.

Cuando ella coloco las manos sobe los hombros de Muse, el joven se aparto suavemente. Ary lo adjudico al hecho de que se sentía algo perturbado. Saber que moriría pronto no es algo muy grato. Ella solo lo observo, mirando su frustración al ir y venir. Se acerco a Oel, mirándole desafiante. Casi como si culpara al ser, ella ladeo la cabeza, no era la culpa del peludo amigo, porque ellos habían creado el veneno, mas los humanos lo usaron malamente.

Mas por mero instinto que nada, Ary saco la libreta que había visto antes entre sus cosas y comenzó a escribir, según decía el gran ser aquellos ingredientes. Sin darse cuenta, anoto todo, quedando en silencio al ver que Oel desaparecía. Sonrió suavemente, murmurando algo como “gracias”. Entonces se dio cuenta de que había escrito.

Ary: -anda! Se escribir…-

Más no supo leer lo que tenia ahí. Arqueo una ceja, vaya utilidad. ¿Cómo había recordado el orden de las palabras? O como plasmarlas…? Quien sabe. Era como si su mente fuera y viniera de pronto, trayendo recuerdos de cosas que no sabia como hacer, o arrancando imágenes de cosas que había hecho.

Muse demostró toda su frustración, golpeando su cabeza contra el suelo, al igual que sus manos. Ary guardo sus cosas, esperando a que terminara. Se acerco a el, observando varios raspones en su frente y heridas en sus manos. Suspiro, arrodillándose frente a el. No sabia porque, pero, entendía su frustración. El temor a que tu vida acabe es… muy fuerte. Ella acaricio el rostro del Szvit, sonriéndole con calma.

-tranquilo.. ¿Si? podremos encontrar todo a tiempo. Primero.. Primero déjame curarte esas heridas que te has hecho… si andas así por el bosque, tu estado podría empeorar. Te ayudare a conseguir todo.. Confía en mi, veras que… antes de lo que canta un gallo, tendremos los antídotos…-

Ella no sabia exactamente como harían, pero… no dejaría que Muse muriera. Tomo otro trozo de su falda, quedando esta hasta las rodillas. Se levanto, yendo por agua, para luego limpiar la frente del Szvit, con cuidado. Tomo sus manos, abriéndolas, a fin de ver aquellas heridas en sus palmas, que limpio con la misma devoción y calma, intentando traspasar un poco de confianza al Szvit. Finalizadas sus curaciones improvisadas, le sonrió, levantándose y estirándose. Le dio la espalda a Muse, mirando a todas partes. Estiro las alas solo un poco –aun tenia herida el ala izquierda, un enorme raspón que concordaba con un intento de arrancarla- se rasco la nuca, pensando entonces en donde podría ser el sitio para encontrar el primer ingrediente. Daba igual el orden, solo tenían que ir al sitio mas cercano.

Árbol nocturno… tenía que esperar hasta la noche. Lodo fosforus… ese seria el mas adecuado, pero ¿Dónde había cuevas subterráneas cercas? Si era lodo, tenia que haber agua ¿no? Los pétalos de la flor eran de tarde y noche y el día apenas iniciaba. Entonces… estaba dicho, la bruja no tenia idea de donde hallarla, por lo que primero, lo mas listo era, seguir el rio, a buscar aquel ingrediente. Se giro, observo a Muse y le estiro la mano, con intensión de ayudarle a levantarse.

Ary: escucha… mira, según lo que el nos dijo lo mas fácil de encontrar primero es el lodo. Si seguimos el rio, encontraremos donde finaliza y se pierde bajo la tierra… habría que seguir la corriente… o no se, si tu creas mejor ir en contra. Ya sea donde nace el rio, o donde finaliza. Seguro ahí encontraremos ese lodo…-

Estaba un tanto confusa, pero hacia lo mejor que podía. Ary intentaba por todos sus medios ayudar a Muse, no quiera que el muriera. Le miro, intentando que el tomara la ultima decisión. Maldición ¿Por qué no podía volar? Suspiro, mirando al cielo… si lo intentaba… dolería pero, a fin de encontrar mas rápido el primer sitio. Además, podría mirar todo y ver las otras ubicaciones. Sonrió, tomando a Muse de los hombros, moviéndole un poco.

Ary: si me das unos minutos… ¡podre encontrar todo desde el cielo! Nos tomaría menos tiempo porque yo sabría todas las ubicaciones. ¿Qué te parece? Es mas, no tienes que responder, solo espera ¿si? no te vayas… -

Le daba un poco de miedo que el decidiera irse, pero aun así, quería ayudarle. Se coloco en la orilla del rio, dándole la espalda. Cerró los puños con fuerza, cerrando los ojos. Vamos, tenia que poder volar… vamos, comenzó a mover el ala que no tenia herida. Pronto, pudo hacer que la otra se moviera también, aunque hizo bastantes esfuerzos para ahogar un grito. Logro elevarse en el aire, temblando apenas varios metros, lo suficiente como para mirar –gracias a su vista un tanto más aguda- rio arriba, en contra de la corriente. Allá, un par de kilómetros más, el agua se perdía entre cuevas en medio de rocas, cuevas oscuras a pesar del sol de la mañana. Ary sudaba frio, era demasiado esfuerzo para el ala, pero valía la pena. Tan pronto pudo, regreso a tierra, jadeante. La herida solo se había abierto más, y sangraba. Ella trato de ignorar el hecho, mirando a Muse de frente, limpiándose el sudor de esta.

Ary: -Muse… rio arriba hay unas cuevas, creo.. Creo que ahí podría estar el lodo… solo… necesito tomar aire…-

Sonrió torpemente, apoyando las manos sobre sus rodillas, respirando profundo. Solo tenia que tomar aire, solo eso… solo era cuestión de ponerse en movimiento ya. Así terminarían con todo en un día… ese era el plan de Ary, rápidamente, en un día conseguirlo todo.

Muse mostro por primera vez un dejo de amistad hacia Ary, a lo que ella sonrió, acercándose a ella, paso una mano por sobre sus hombros. Ella se apoyo, comenzando a andar, respirando cansada, buscando reponerse pronto. Avanzaron hacia donde ella les había indicado, cuando Muse se atrevió a hablar. Ary giro el rostro hacia el, sonriéndole abiertamente.

Ary: -lo sep., podría curar simplemente mis heridas e irme, no me daría ningún problema. Pero si lo hago… tu podrías morir… ¿Qué clase de monstruo seria yo, si te dejo solo en estos momentos? Seria peor que quien te clavo esa espina en la espalda…-

Al fin pudo ponerse bien de pie y avanzar sin sangrar, aunque aun sentía el agudo dolor que traba a toda costa de ignorar. Sacudió su cabello, bostezando un poco, estaba algo cansada pero no había tiempo que perder, debían llegar pronto a aquella zona… no faltaba demasiado. Al final, añadió calmadamente.

Ary: -Además… dejarte morir, aquí, en medio de este sitio tan oscuro y feo… no creo que sea digno de ti. Y, tampoco creo que sea tu hora… por algo nos encontramos… así que, no preguntes mas sobre mis heridas, seguro sanaran pronto… vayamos a buscar ese lodo

Las cuevas no estaban demasiado lejanas… al igual que la creatura que les seguía por detrás. Ary se giro al escuchar un gruido extraño. Su sentido de “peligro” se activo, advirtiéndole que había algo ahí, algo no tan bueno. Peligroso… la joven dio un paso adelante, buscando la fuente de aquellos ruidos… como de una bestia, una bestia que esta a punto de saltar sobre su presa. La icaria sostuvo con fuerza su lanza, en silencio.

Espero unos momentos y nada. La chica se encogí de hombros, dándose la media vuelta… fue entonces cuando todo paso tan rápido. Justo cuando daba un paso hacia adelante, surgió de entre los arbustos una creatura peluda, en cuatro patas, parecida a un perro gigante que salto sobre ella. La joven dio un grito, girándose, cayendo con todo el peso sobre las alas. Apenas alcanzo a sostener el cuello del animal lejos de ella, a fin de que los colmillos no la devoraran. Dio un grito, asustada ¿Por qué quería comerla?

Ary: ¡Muse, ayúdame!

Grito, sabiendo que el Svitz era la única posibilidad, levanto la vista, su lanza había caído a varios metros de ella. Nada más y nada menos que un Warg, una creatura bastante lista. Dejo caer una de sus patas sobre el cuello de Ary, que se sintió más imposibilitada a hacer nada, o quitaba la pata o evitaba que le mordiera. La bestia miro unos segundos a Muse, como diciendo “acércate, y veras”

Warg: http://www.utopiamedieval.com/Warg-h75.htm

La respuesta de Muse fue de suerte para Ary. El Avernus se lanzo sobre la criatura, que le miro proclamándose dueña de una icaria que sentía la asfixia de una criatura un tanto grande sobre su pecho. Las garras del animal rasgaron ligeramente la blanca piel de la joven al momento en que la patada lo alejaba de ella. La chica dio un quejido, aunque logro ponerse de pie, con una mano en el cuello.

Observo toda la escena y se sintió realmente mal por ambos. Dio un paso adelante cuando aquella criatura lastimaba a Muse con una herida en el pecho. El Warg estaba herido. Ella se llevo la mano a la frente, buscando que hacer. No quería dañar a una criatura de la naturaleza… después de todo, el ser solo quería comida. La chica se movió lentamente hasta alcanzar su lanza. Entonces… se le ocurrió hacer algo.

Lanzándose hacia adelante, con la lanza en alto, bufo, al igual que lo haría un felino, defendiendo su territorio. El animal, vio no solo la amenaza de Muse, sino también a Ary. Este rápidamente se dio la media vuelta, huyendo en medio de chillidos. La joven apoyo la lanza sobre el suelo, recargándose de medio lado. Lucia llena de tierra, y con sangre, pero respiro, mas calmada.

Ary: -sabia que funcionaria. Todos deciden hacerse hacia atrás si ven a un ser mas amenazante. ¿Ves? Hacemos un buen equipo… Ademas... no quería lastimar a esa pobre criatura. Seguro solo tenia hambre y ya -

Miro la herida del Szvit, preocupada. No, el no podía tener mas heridas. ¿y si se le infectaba? La joven termino por decidir en no meterse con ello, aunque si miro a muse con algo de preocupación.

-deberíamos ir a lavarnos al rió. Así la sangre no atraerá mas depredadores… yo… gracias por todo Muse.-

Y dedico una sonrisa al joven, dirigiéndose al rió. Tuvieron suerte de que so9lo fuera una criatura y no una camada. Las aguas no quedaban demasiado lejos de ahí, a lo que solo fue cuestión de un par de minutos de camino. Al ver aquella cristalina frescura, Ary se lanzo sobre el agua, mojándose de pies a cabeza. Era fresca y sus heridas se lavaron rápidamente. Era curioso, parecía que la icaria no dejaba el buen humor aunque estuviera un tanto golpeada. Es que… bueno, mientras sus emociones estuvieran bien, no habría porque preocuparse. Salió del rió, empapada pero mas tranquila. Sacudió un poco el ala izquierda, mirando a Muse.

Ary: -Es hora de movernos. El sol ya esta en su punto mas alto… es medio dia. No tenemos demasiado y… por mi culpa nos entretuvimos. Vamos…-

Dicho esto miro al Szvit. Era obvio que estaban heridos como para avanzar, pero ella tenía apuro. Sus ropas se pegaban a su cuerpo de forma un tanto provocativa, aunque ella poca atención presto a esto. Ni siquiera se dio cuenta de que se traslucía, dejando ver las curvas que poseía sin ningún impedimento. Sus cabellos húmedos caían alrededor de su rostro y por su espalda, tenía un rasguño más en el cuello, pero era como si estuviera decidida a no cansarse hasta hallar el primer ingrediente. Lo malo de esta situación es que… cuando hubiere pasado el primer apuro… la chica tendría que recargar con todo aquel cansancio y heridas, y seria más inútil. Ary no estaba tan consiente de que debía detenerse un momento y calmarse, sentía también hambre, mas no quería comer. Tenia miedo… miedo de ver morir al joven Muse sin poder haber hecho nada.

El le llamo loca. Ary inflo las mejillas, colocándose las manos en la cintura, evidentemente molesta. ¿Qué se creía? Ella le estaba ayudando de buena gana. La chica suspiro, negando con la cabeza, comenzaba a sentirse frustrada… desde que conoció a Muse no dejaba de ayudarle y buscar que todo saliera bien solo para que no muriera y a cambio, el chico se contentaba con decirle “estas loca” ni un gracias ni nada. Ary bajo la mirada, mojando su rostro una ultima vez, sin decir nada.

Comenzaron a andar, en silencio. Ary no dejaba de pensar en el asunto. ¿Por qué a final de cuentas se había determinado a ayudar a un Szvit mal educado? ¿No tenia cosas más importantes de que ocuparse? Cosas como la herida de su espalda, que escocía, o el rasguño en su cuello necesitan mas atención que un extraño. Cuando llegaron a aquel hueco, donde bien cabía Muse, más no ella debido a las alas, lo observo.

El dijo que si quería lo esperara o si no se fuera. Eso fue el colmo… bien, si eso quería. Sin esperar respuesta, Muse salto dentro de la cueva, Ary solo se sintió mas frustrada y molesta, por lo que se puso de pie y lanzo un grito hacia dentro de aquel sitio.

Ary: -¡pues bien! Arréglatelas como puedas entonces. ¡No necesitas la ayuda de una loca!-

Sin ocuparse si le había escuchado o no, se dio la media vuelta, yendo directo al rio, buscando la parte mas profunda varios metros adelante, se giro unos segundos, para luego humedecer su rostro. Realmente… se sintió estúpida… ¿Por qué se preocupaba por el? A fin de cuentas, el solo se ocupaba de si mismo y parecía que, daba igual cuanto Ary se esforzaba, Muse solo le miraba con mas frialdad cada vez. La joven mojo sus cabellos, el sol de medio día era fuerte, tanto como para que el agua solo viniera a refrescar. La chica se miro en el reflejo distorsionado del agua, y entonces lo supo. Hablo en voz alta, aunque más que nada para ella misma.

Ary: -soy fea… seguro será eso…-

Volvamos a Muse. Este se adentro a aquella caverna, donde el agua caía y parecía finalizar en un sitio cualquiera. Muse pudo ver aquel sitio, oscuro en un principio mas seguramente el tendría mucha facilidad para ver el suelo rocoso, que no dejaba pie a que hubiere lodo. El objeto de búsqueda estaba metros mas adelante, en medio de aquellas goteantes cavernas.

El camino era en un principio un sendero rocoso, donde las paredes se encontraban llenas de un musgo de color oscuro, parecido a baba. Los pasos del Szvit hacían eco en aquel sitio, un eco que se mezclaba con el “squash” del pegajoso musgo que se pegaba a las plantas de sus pies. Como fantasmales lamentos, que se unían con el gotear de agua del techo. Conforme avanzara, si prestaba suficiente atención, comenzaría a ver pisadas. Huellas de no hace mucho, pequeñas y en grupos de hasta 10 pares, todas iban hacia adelante, mas profundo.

Mas profundo Avernus, mas allá, Thanatos. Sigue el caminito que muestran las lindas huellas de esos pequeños seres. Sigue adelante, busca tu antídoto… no mueras a los 6 días, pero ten cuidado de no fallecer en tu caminito… Varios metros mas adelante… la oscuridad era mucho más densa. Había varias formaciones rocosas en picos, que cubrían ciertas esquinas de aquella cueva. En esos sitios, un ser de ojos grandes y brillantes observaban a Muse, el lodo ahí estaba, mas allá, brillando en el suelo de la cueva, de un color azul pálido.

Tan cercano… solo bastaba que el tomara un poco, lo suficiente con el puño, lo guardara para si y saliera. Solo un poquito Avernus, solo un tantito. Toma del lodito, listo para ti, y vete del lugar antes de que… ups, ha sido tarde. Alguien ya te vio. De pronto, un ruido sordo proveniente del inicio de la cueva… algo había tapado la entra con varias rocas, rocas que no se moverían ni un centímetro por mas que el joven Szvit empujara. Estaba encerrado en aquella zona… no había salida, podría intentar avanzar mas adelante pero ¿seria una solución sabia? De pronto, un cantico de una voz desafinada, ronca y gutural.

¿?: -tenemos mosquita en nuestra red… ¿Qué comeremos el día de hoy? Un ladrón de nuestro tesoro… mosquita ha caído en nuestras trampas. No dejaremos que se vaya… comeremos, comeremos un poco de carnita…


La voz provenia de todos y ningun sitio a la vez. Algo le observaba, la mirada se clavaba en el joven, mas no se sabia exactamente de donde venia. Una risa burlona inundo la cueva, evidentemente... jugaba con Muse

Ary se encontraba mirándose en aquel reflejo, pensando en que probablemente era demasiado fea como para que el Szvit se interesara un mínimo en ella. Entonces… fue como si llegara un flash, la imagen de Muse. Se dio cuenta de que sus ropas se traslucían y no pudo evitar pensar en aquel joven, fuerte, alto… músculos bien torneados, apenas una túnica separando su anatomía de la vista.

Vamos, Ary es chica y tiene 19. Recordando aquellos brazos fuertes que tomaron a aquella bestia, esas piernas fuertes y marcadas… una de sus manos comenzó a deslizarse por debajo del agua, acariciando una de sus piernas. El rostro, aquellos ojos tan profundos, las manos, su torso.

Habría continuado la escena, de no ser por un grito que vino no muy lejos. Ary giro el rostro, rápidamente, preocupada. ¿Ese había sido Muse? ¿Y si estaba en peligro? Dejo lo que hacia para luego, tenia que ayudar al Szvit, pasara lo que pasara. Avanzo a través del agua, lo más rápido que pudo, hasta llegar al inicio de la cueva, estaba cubierta por rocas. ¿Muse?


Aquella creatura observaba al Szvit, sonriendo, carcajadas llenaban la cueva. Evidentemente el no sabia con quien se metía. De pronto, de entre las sombras, desde detrás de una roca más alta, apareció aquella bestia. Era el primero de una buena manada de Goblins.

Era una creatura de un metro de altura como mucho, encorvada. Sus ojos brillaban en la oscuridad, sin pupila. Relampaguearon unos segundos, para luego apagarse. Ni el mismo Szvit podía distinguir al ser, no en aquel sitio, sin importar lo bueno de su mirada, los goblins tenían experiencia en ocultarse mágicamente y por más que se esforzara…

Un ruido de pisadas se escucho a la izquierda del Szvit, y, pese a que el esperaba una taque frontal, un golpe le llego de lleno, de lado derecho. Un goblin que se lanzo sobre el, apareciendo unos fugaces minutos en lo que se aferraba al brazo del Szvit, hiriéndose en el proceso, con la intención de morderlo.
El ser, pegado a su brazo tenia una armadura que protegía su pecho y cabeza, un collar de pelo de animal –eso podría ser- y sus dientes afilados. La creatura se prendió del brazo de Muse, mordiéndolo fuertemente.

Otro ser mas apareció a un lado, gruñendo. Dio una señal y poco a poco, aproximadamente 20 creaturas del mismo tamaño y con ciertas deformidades. Varios traían machetes oxidados iguales a los de los orcos. El Szvit estaba en un verdadero problema. 22 contra uno... ¿Quién ganaría?

Una voz se escucho desde fuera. Ary. Estaba un tanto asustada y gritaba el nombre de Muse, golpeando la entrada. Noto que la piedra se movió ligeramente, tenia que abrirla… así que, hizo lo único que se le ocurrió, arrodillándose sobre las piedrillas, comenzó a empujar, a fin de abrir aquella trampa.

-resiste muse... resiste- murmuro, enpujando.

Había un ruido horrible, de pelea. Ary estaba cada vez mas asustada, tanto que no se dio cuenta de las piedras que se clavaban en sus rodillas, producto del esfuerzo por empujar aquella roca. Ya casi, salía, solo unos segundos más

Dentro, Muse en el suelo, una de las bestias salto frente a el, listo para lanzarse sobre su rostro y devorarla. De pronto, una roca callo justamente sobre el goblin, matándolo en el acto. La luz entro casi de golpe y Ary dio un grito al ver al Szvit en tan mal estado. Nunca sabremos de donde obtuvo ella la valentía para hacer lo que siguió a continuación. Tomando su lanza, salto dentro del hueco, raspándose ligeramente los hombros, mas no importo. Entonces… colocando los dedos pulgar e índice en sus labios, silbo. De pronto, el ruido subió tanto que las creaturas comenzaron a hacerse hacia atrás, algunas chillando, otras mirando furiosas a Ary.

La joven aprovecho para ayudar a levantar al Szvit, solo un momento de confusión, intento hacer que Muse escalara, empujándole, giro el rostro, asustada, veían ahora hacia ella, solo unos segundos quedaban antes de ser alcanzada

Frustrada termino por sacar fuerzas de quien sabe donde, empujando al Szvit, obligándole a salir. Una de esas cosas se prendió de su pierna, pero ella dio una fuerte patada que la lanzo lejos. Logro escalar, arrastrando al Szvit, maldición, era pesado en esos momentos, y los goblins… comenzaban a salir. Ary dio un grito, espantada.

Ary: ¡Atrás bestias malvadas!-

Dijo, dejando a Muse en la orilla del agua, tomando su lanza. Solo un par se atrevió a salir a la luz, lanzándose sobre ella. La chica simplemente apunto con su lanza, ensartando a uno. Sintió horrible el saber que la creatura moriría, pero no dio tiempo a reaccionar cuando la otra ya venia. Sacando l alanza del interior del primero, la clavo en el segundo, matándolo en el acto. Los demás, solo les miraban furiosos desde su escondrijo…

Ary estaba nerviosa. Muse lucia tan mal… con esfuerzos extra consiguió llevarlo hasta bajo un árbol, lo mas alejada de aquel sitio. Vio que Muse aun llevaba consigo el lodo, lo tomo, colocándolo en su bolso. Dejo sus cosas a un lado, poniéndose de pie. ¿Qué podía hacer? Bueno… se le ocurrió.
En el bosque seguro habría raíces y plantas. Eso le ayudaría a conseguir hierbas curativas. Se quito la ropa, quedando solo con el sostén y las bragas, traía un cambio extra, pero tal vez no podría usarlo. De momento, lo importante era improvisar vendajes. Tomo su lanza y se dirigió al bosque.

La suerte le sonrió, puesto que encontró ajenjo, cacao, laurel y malvavisco. Hiervas suficiente. La chica se arrodillo frente a Muse, acariciando su frente. Trago saliva, observando sus heridas. Además de la de la espalda, tenia una en la mano, de cuatro puntos, raspones en la frente, heridas largas en el pecho y estomago, faltaba trozos de piel en el trise derecho, cortada en el costado izquierdo y la espalda, una mordida en la pantorrilla y en los hombros. La chica sintió que lloraba, el estaba muy mal… y era su culpa. Si se hubiere quedado con Muse, esto no habría pasado.

Arrancando un trozo de tela de la blusa, la mojo en el agua, corriendo de un lado a otro. La coloco sobre la herida más difícil, la de la espalda. Coloco a Muse de medio lado, limpiando la herida de tierra y posibles infecciones. El agua esperaba fuera suficiente… no dejaba de llorar. A pesar de eso, tomo el ajenjo, malvavisco, eso ayudaría a que no hubiera infecciones. Tomando otro de tela de sus ropas, coloco la hierva sobre la herida, lo mejor que pudo, con cuidado, para luego apoyar a Muse delicadamente sobre su espalda.

Ary:- Muse… calma… probablemente duela… pero… pero estarás bien…-

Tomo tiempo curar cada herida. Era el mismo procedimiento, iba por agua, la lavaba… tuvo que usar parte del otro vestido que traía consigo. Mientras curaba las heridas, comenzó a entonar un suave canto, con intención de relajarle. Sus hombros, su tórax… aquella herida en su costado. Sus manos y frente… poco a poco y con paciencia, procurando que las heridas dejaran de sangrar, no quería que muriera por perdida de sangre.

Ary: -Cuando la noche… llegue lejana. Cuando todo, oscuro sea ya. Tranquilo no desesperes pues yo… siempre… te acompañare…-

Tarareaba, el sitio donde faltaba piel fue el más difícil. Tomando un trozo más grande de tela, lo coloco cuidosamente, colocando tanto cacao, como laurel y malvavisco. Entre las tres hiervas, servirían de analgésico, relajante y antibiótico. Termino, al fin, y la tarde ya comenzaba a caer. La joven estaba sumamente exhausta, pero... no quiso dormir. Fue por su lanza, sentándose a un lado de el, mirándole preocupada. Trago saliva, mordiéndose el labio inferior… miro hacia todos lados, protegiendo el sitio. Levanto la vista, la luna pronto saldría. Suspiro, habían perdido todo un día… y en silencio bajo la mirada llorando.

Pasaron unos minutos, antes de que comenzara a dormitar, cansada, apoyada sobre la lanza, sentada, en ropa interior… cuidando a Muse.

Ella aun cabeceaba, entre cerrando los ojos y esforzándose por no quedarse dormida. Entre las prisas, olvido utilizara algo de las hierbas sobre si misma. Tenía frio, después de haberse sumergido al rio no se había ocupado en secarse. Sintió que algo se movía, miro de reojo, era Muse. Sacudió la cabeza, aun tenia rastros de sangre del Szvit sobre ella misma, Ary sonrió, había funcionado. Sin embargo… justo cuando intentaba saltar a abrazarle, el hablo con la misma indiferencia de siempre.

El dijo que no tenia que quedarse desnuda para salvarse. Que solo tenía que haberle limpiado un poco. Ary le miro con un aire de tristeza y molestia, desviando la mirada. Sus mejillas se tornaron rojizas, evidentemente estaba avergonzada. Cerro los puños con fuerza, sin responder, mas el joven Muse hizo algo que le desconcertó. Coloco sobre ella la ropa que quedaba, agradeciéndole por todo.

Llámenle tonta, tal vez. Pero ella sonrió nuevamente, como si el jamás hubiere mostrado tal indiferencia. Se acerco un poco a ella, pegando su frente a la sien de Ary. La chica suspiro, mas calmada, acaricio la mejilla de Muse –cuidando de no tocar algún sitio dañado- se separo suavemente de el, estirándose.

Ary: -Me alegra que estés bien Muse… estaba preocupada pero estoy feliz de que estés bien…-

Muse. Levanto la vista. Faltarían un par de horas para el atardecer aun, pero estaban retrasados. Podían encontrar o los pétalos de la flor, o las raíces del árbol nocturno. Ary se apoyo en su lanza para ponerse de pie… levanto la vista, y entonces toda su conciencia se vino abajo. Alzando a ver unas figuras que volaban lejos de ellos. Eran… como de su misma raza. Su vista le permitía ver cosas muy lejanas y… todo se oscureció.

Se desvaneció, cayendo al suelo sin poder hacer nada. Sus fuerzas fallaron completamente, el hambre, el hecho de tener aproximadamente dos días sin dormir, el cansancio en resumen y el sobresfuerzo hecho durante estos días. Su mente se “apago” unos segundos y hubo un momento… en que Ary recordó.

[Flashback]
-Mi preciosa alada… ¿Cómo estas el día de hoy?-

Ary se estiro, en la cama, sonriendo. Levanto la vista, y se encontraba frente a un joven fuerte, con dos alas blancas sobre su espalda, desplegadas listas para alzar el vuelo. El joven sonrió, ella no podía ver su rostro, pero… se sintió también aquella caricia en su rostro. Ella respondió, sin proponérselo realmente.

-bien cariño… ¿Qué haces aquí? Mis padres te matarían si se enteran de que estas aquí… -

El sonriendo, respondió, mientras sacaba una libreta de portada oscura, un carboncillo, un tintero y su pluma.

-es tu regalo de cumpleaños. Se que te gusta escribir… así que te compre un libro. Espero y te guste… tiene una dedicación en la portada. Te amo nena…-
[Fin del flashback]

Fue todo lo que su mente pudo traer a flote, mas… fue como si no pudiera abrir los ojos. Su cuerpo se negaba a despertar, y se mantuvo en oscuridad, unos minutos más.