Escapando de la noche. [Privada]

Habíamos dejado el Alcázar aún sin querer recordar lo que había pasado. Eric había accedido acompañarme mas que nada porque le prometí parte del pago que me darían por el barco o al menos eso era lo que creía, tampoco era divino para saber todo lo que pasaba por la mente del vampiro. Al menos tendría con quien pasar las noches.

Debía buscar un modo de guiarme esta vez y claro, había sido increíblemente estúpido, ¿cómo no me había fijado en que la habitación de mi antiguo navegante habían mapas e indicaciones para saber hacía donde dirigirme? Con eso ya no solo tenía que preocuparme de hacer que el barco se moviera. Entre los apuntes leí que en Syael podía encontrar un grupo de piratas si estaba en la temporada correcta, pensé que estarían interesados en un barco como este.

Ahora que ya teníamos un rumbo fijo, lo único que me desagradaba en parte era que viajaba con un vampiro y estaríamos unos cuantos días solos en alta mar. ¿Cómo fui tan estúpido para no traerle unos cuantos humanos de prisioneros?, seguramente el viejo Jolly habría pensado en eso si estuviese en mi lugar. Ni modo, tuve que servirle de alimento durante todo el camino cada vez que le daba hambre. Sabía que el mar afectaba un poco al vampiro, a pesar de que nunca pude verle dejar esa sutileza característica suya, sabía que mi sangre le estaba empezando a gustar, ¿o era que yo me había acostumbrado a servirle de alimento?... Prefería no pensar en eso, me bastaba ya con las dos estupideces que había cometido desde que me subí a ese barco. Podría ser peor, ser el alimento de un vampiro no era tan malo como parecía.

El sol ya estaba casi completamente oculto cuando por fin pude ver un lugar perfecto para anclar el barco, después de venderlo solo me quedaba hacer un mapa para que los compradores supieran como llegar a él. Decidí que lo haría después de alimentar a Eric, ya se había alimentado de mi todas las noches de nuestro viaje, una mas no me iría mal. Cuando entré a la cabina con todas sus ventanas tapadas para que no entrara el sol, pude verlo sentado en la silla de mi escritorio. No me hacía falta preguntarle que significaba ello, sabía que me molestaba que lo hiciera. Por primera vez en nuestro viaje decidí mostrarle algo de cariño, sabía que luego me arrepentiría pero al menos su compañía izo mi viaje mas placentero que el primero. Me senté sobre sus piernas y le ofrecí mi cuello sin rechistar, normalmente nunca había tanto contacto físico. –Dormiremos esta noche en una posada, así que bebe ahora, tendré que hacer un mapa antes de ir a la posada y necesito estar despierto hoy para poder hacer la venta durante el día, si tengo suerte... –Dije por lo bajo antes de entregarme por completo a sus colmillos.

(…)

No entendía porque tanta mala suerte aquella noche, me tarde un poco en hacer el mapa al estar en los brazos de Eric mientras bebía algo de alcohol, no podía concentrarme del todo y luego en la posada no había mas que una habitación con cama grande y bastante espaciosa. Supuse que debía mantenerme junto a él hasta que le diera su parte de la venta, así que no puse mucho reproche ni malas caras. Bueno, no mas de lo que siempre hacía.

Una vez en la habitación, deje mis bracamartes mis dagas y la espada que me había regalado mi mentora sobre el único escritorio, al lado de mis armas, el mapa que había hecho y los libros que había decidido serían convenientes guardar del barco. Una vez con mi armadura al lado de la cama, me acosté en ella a un lado. –Despiertame antes de que te duermas, buenas noches... –Le dije mientras me quedaba mirando hacía la ventana tratando de dormir algo, pero el descontento que me producía el no poder dormir solo esa noche espantaba el sueño que tenía por mas esfuerzo que pusiera en dormir, solo esperaba que Eric comprendiera que lo necesitaba. Por otra parte estaba contento si lograba permanecer aquel día despierto y caminar bajo el sol, debía admitir que mi piel estaba palideciendo de tantas noches en compañía de un ser de la noche.

No pasaron muchos minutos desde que me enrede con mis sabanas y le hable a Eric para que este se marchase por la ventana. Suspire agradecido por la privacidad que me brindaba, el estar solo de nuevo hizo que la frustración se alejara permitiéndome dormir tranquilamente. No me dijo nada cuando se marchó, pero supuse que si quería parte de la paga vendría a despertarme por la mañana.

Aún estaba todo oscuro cuando escuche la voz de Eric provenir desde el balcón. No dije nada mientras me estiraba, tampoco lo hice después de sentir la puerta cerrarse. Al menos me había dicho donde iba a estar, ahora solo debía preocuparme de lo que había venido a hacer y volver a moverme pronto por mi cuenta. Me costó unos segundos salir de la cama, pasar de dormir de un barco a tierra firme si era un cambio agotador, pero sabía que tenía cosas que hacer y deudas que pagar.

Una ves vestido, solo mis libros mas algunas pertenencias del vampiro se quedaron sobre el escritorio, deje también sobre este una nota diciendo que volvería al atardecer para recoger mis cosas o tal vez pasar otra noche. Desayune lo justo que mi dinero me decía y luego me puse a caminar por las calles de Syael, sintiendo como el sol me golpeaba de nuevo, mientras buscaba información sobre los posibles lugares donde encontraría a esos piratas. Aparentemente no eran muchos, pues la gran mayoría me aseguraba casi a carcajadas de que había llegado a la ciudad equivocada para vender un barco.

Ya era eso de medio día cuando me acerqué a una sucia taberna, para ser detenido por una anciana a mitad de camino. –Alimentar seres de la noche te traerá malos pasares muchacho, la oscuridad en tu corazón es diferente a la de ellos; no sigas ese camino a menos que desees disfrutar de tus últimas horas bajo la luz del día –Me dijo mientras tomaba mi mano, con voz entre aguda y carraspera, cuan madre advertía a su niño. Sabía lo que quería decir pero no era un asunto del cual la mujer debía saber, menos decir en medio de la calle donde mas gente podía escucharla. –Lo que yo deje o no de hacer, no es asunto suyo. No vuelva a tocarme si no quiere acabar mal –Le advertí de vuelta mientras me soltaba con fuerza, alejándome de ella y me disponía a entrar a la taberna.

(…)

Ya se estaba ocultando el sol cuando caminaba por la casi vacía calle de transeúntes que me llevaba hacía la posada donde había pasado la noche anterior. No había tenido nada de suerte tratando de vender aquel barco y lo único que había conseguido eran las advertencias de aquella anciana, como si me hubiese maldecido con sus palabras.

Justo unos minutos antes de entrar, unos tres hombres, también vistiendo ropas de pirata con bracamartes, protectores en los brazos y sin armaduras pero con los rostros tapados con unas telas, salieron corriendo de la puerta de la posada, casi pasándome a llevar. No hacía falta mencionar que llevaban prisa, pero si que llevaban un montón de objetos entre sus brazos, pasaron muy rápido y no pude identificarlos. Segundos después, varios hombres que trabajaban para la posada salieron a la siga de los ladrones, también casi pasándome a llevar. ¿Cuándo había sido que un gato negro se cruzó en mi camino?...

Los rayos de sol dejaron de iluminar la ajetreada posada por el incidente con aquellos hombres, no quise ir a revisar de momento la habitación en la que me alojaba, varios ya me veían como el capitán de esos ladrones. Preferí ocultarme unos momentos en la oscuridad de la despensa donde se supone que Eric descansaba. Al parecer también había cierto desorden en la despensa. Trate de no hacer mucho ruido con los objetos que estaban desparramados en los suelos y simplemente me apoyé en una pared de brazos cruzados esperando por la aparición del vampiro. Lo único que me faltaba era que el también estuviese enojado por mi mala racha aquel día. Al menos volvía a sentir el frío natural que traía la noche, después de tantas noches en píe ya me había acostumbrado.